Los ideólogos: plan del Perú y otros escritos

CAPÍTULO II AUDIENCIAS He tratado de los virreye , pero iendo indispensable hab lar de la audiencia , en lo que diga no los contemplo ajenos de culp a. A eguro que el que tenga conocimientos de tribunales se ha de admira r de mi relación, porque excede a la verosimilitud. o me atrevería a poner la pluma, an– gustiado con e te concepto, a no remitirme en cuanto expreso a documento públicos, que con dificultad se han de alterar. El primer agravio con i te en que se juntan los oi dore una hora despué d la eñalada por las leye , es decir, a las nueve en el verano y a la diez en el invierno. Siendo o debiendo er tres ho ra la del despacho, Ja falta de una hace por demostración la pérdida de cuatro meses al año. E Jo mi mo una hora meno diaria que cuatro meses anu ales. D e aqu í depende que duren lo pleito de padre a hijo ; que sega te más en litigar, que lo que vale la co a misma litigada; que lo legítimos dueños perezcan y abandonen us ju to derechos, quedando tranquilos los usurpadore con lo regalo y el arnpaTo de un abogado sin conciencia. El egundo agravio gu e hace al público e ver la causas de u n modo irregular y extraño. forma una Ji ta, donde se escriben las qu e tán para decidirse. Ignora l abogado y la parte l día que le t ocará en uerte; pasa un m s do , cuatro, un año, do y cuando menos piensan se rotula. Ya 1 abogado apena e acu rda de ella, la parte cansada no está pre ente, y i hay empeño o cohecho e re uelve en el instante. E l infeliz que litigó recibe una nueva que no espera, maldice a los jueces, se quej a del R y que mira on tanta indif r n ia la menea n aquel acto e u– j taría a cualquiera otra potencia, ere 'ndo e en ella más feliz . . i aca o no hubo emp ño para la finalización, se rotula, se lee un rato, e da por comenzada, se ha otra que también queda por concluir y a í en una mañana omi nzan tre o uatro cau a todas quedan pen– d1ent . lo veinte días o al m uando a no hay memoria de lo que había oído, ni 1 ído, pro igue, mas no para concluir· ino para otro nu - vr, rato m zclando cliv r o pro so . e forma tal confu ión, que ni los <Ji<lor s s ntiend n, ni lo abogados ab n lo que han de hablar. pre– sf'nta a lo vivo la om dia de Racine titulada Los litigantes. A mí me ha su– c·Nlido, sirndo abogado, ÍT a informar en diez y n 1 ve cau a comenza-

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