Los ideólogos: plan del Perú y otros escritos

PLAN DEL PERÚ 31 dan por re ervados lo indio que deben tributar comprando a los sub<le– legados esta gracia. Se componen con los revisitadores y se oculta un nú– mero crecido de persona que tributan para el Juez y no para el Rey. Las Lierras del repartimiento no se eñalan conforme a ordenanza y al que las necesita, sino e conceden al que más obsequia. De aquí depende que mu– chos carecen de terreno y otros tienen cuádruplo del que les corresponde. Todos son pobre , porqu el que más po ee y el que menos goza, al fin que– da·n sin nada con las continuas extorsiones. Los subdelegados en su ingre o venden los títulos de recaudadores particiales de tributos en 100, 200, y aún 500 pesos, economizando al mismo tiempo el uno por ciento que a éstos corresponde por la cobranza. Entran en estos pactos por apoderarse de las tierras de la comunidad y tener en cada indio un esclavo. Así es que la chacra 7 ª y haciendas de estos recaudado– res son las mejor cultivadas y en las que o no se paga o se paga muy mal. Esto se entiende en los fundos que los cobradores gozan como propios, o tienen arrendados. Estas tierras de comunidad desde la disposición de ellas hasta la cosecha o recolecta, todo e hace de oficio con los ganados y herra– mientas de los miserables indios y sin contr1buirles el más corto estipendio. Aunque parezca que inculco demasiado en e te punto, he de notar que en esas chacras propias o arrendadas de que antes hablé, como el co– bradoT lleva la cuenta de los días, sólo abona aquellos que quiere y que co– nesponden con poca diferencia a la tasa de tributos, castigando con severi– dad al infeliz que suplica de la injusticia que se le hace y del robo quP su– fre en lo sagrado que es su trabajo personal. Era preciso que e ta atrocidades se practica en iendo la renta de subdelegados el tanto por ciento de tributos, y por consiguiente muy corta en algunas provincia . La ubdelegación por ejemplo de Panatahuas tie– ne al año 38 pesos, para ingresar e regalan 2,000, el tiempo e de seis años ¿cuál será el ánimo con que se pretende aquel empleo? No se necesita el talento de Leibnitz para alcanzarlo: a chupar la sangre del pueblo y engor– dar como la sanguijuela con el fluido que se extrae de otros cueTpos. ¡Qué nuevas son estas noticias a la metrópoli cuya atención ha distado del Perú como se alejan los mismos reinos! ¿Y entre tantas calamidades si el impostor figura un gobierno sua– ve y moderado, las leyes observadas, la libertad sostenida, el comercio fa– vorecido, cada per ona segura en sus propiedades; no será una tentación vehemente, paTa el rústico y tal vez para el sensato? No había un reino más déspota en la Europa que el ruso, pero tampoco otro en que se hayan precipitado más las familias reinantes desde el trono hasta el anonadamien– to. Este es el peligro en que se hallan las AméTicas; la dicha ha sido que las diversas castas tienen entre sí cierta rivalidad. Que el indio es tímido 7 ª Chacras: equivale a pequeñas heredades.

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