Los ideólogos: plan del Perú y otros escritos

34 MANUEL LoRE zo DE VrnAURRE E te corto número de regla y las leyes que se formen en el nuevo código, harán felices a aquellos habitantes, saldrán de la opresión y lograrán respirar después de tanto año , en los que casi habían perdido la esperan– za de u alivio. Bien conozco que se me dirá: ·de dónde salen esas rentas de subde– legado , a e ore y jueces de residencia? ¿Cómo se entrará en un plan cos– to o cuando la nación nece ita dinern para una guerra tan dilatada y gra– ve? Yo contesto, que meno tendremo i las América e pierden o se hacen independiente , lo que es muy posible. Más gasto ha d traer la sujeción en la revolucione ( i aca o e logra la sujeción) que la cantidad que e invierte en esa rentas. Chuqui aca, Quito y La Paz ya han declarado sus intencione y Bueno ire no ha e tado menos distante, aunque de un mo– do paliado y racional. El primer ga to de un reino debe ser el necesario a la prospeTidad y felicidad de us habitante , el resto erá el que se apli– que a las urgencia de lo demás reino que son dominados por el mismo oberano. Arbitrio hay fácile para realizar el proyecto sin que el Rey se pen ione en u reales Caja . Dirigido mi papel a unos sabios que dete - tan igualmente la uperstición y la impiedad, que conocen que el Ser Eter– no e ofendido por ambos extremos, no me e panta el arbitrio que propon– go. En ocasión diver a pre umiría que se me había de tener por católico, a la nación e tá muy ilu trada y conoce cuál es la erdadera piedad 12 . La exorbitante renta de lo obi po y arzobi po de la América, pueden umini trar n parte la a ignacione de esos jueces y oficiales de Es– tado. Dio no e ha de ofender de qu e tome aquel partido para evitar ma– Je tan notorio y la república exige el auxilio de las persona más aptas a proporcionarlo. ¿Quién ha dicho que tienen propiedad los eclesiásticos en lo derecho que se les confían? Lo canoni tas juicio os, los moralistas no lap o le conceden únicam nt lo qu ea preci o para su d corosa manu– t nción, lo demá debe in ertir e n los templos, y en obras de miseTicordia; creía oscurecida la antidad de los primero iglos un padre de la iglesia por la rentas que e le habían a ignado. El ecle iá tico lo mi mo que 1 ecular on va allos, l Rey tiene po– te tad obre ambo de igual modo n uanto no a divino, toque en el dog– ma o la tradi ión. En lo temporal puede conocer, examinar, moderar y disponeT egún las circun tancia . La c mpetencias de Fed rico Barba- rroja y su uce ore en el trono el lemania sobr la inv tidura de los tr elector ecle iá tico , no hubi ra tenido lugar n un iglo ilustrado y se hubieran obviado 1 repetido i ma . La gen r idad del Obispo d mieda u el ro vendiendo los aso. agrado para mant ner a 7,000 pTi- 5ion ro per a , produjo 1 feliz f cto de ext nderse el Cri tiani mo en gran 1 ' Era el estado de las ·osas n 1810, hoy todo casi s p rdido y pu d s0r qu llegue tarde el r medio, 1818.

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