Los ideólogos Toribio Rodríguez de Mendoza
TüRIBIO RODRÍGUEZ DE ME?-fDOZA 99 De aqui han dimanado en todos tiempos las esforzadas que– jas de los sabios, y aun de sus nerviosos defensores, entre quienes el mismo jurisconsulto Portugues y diestro Poeta Antonio Gobea, Apologista el más empeñoso de Aristoteles contra el impugnador Pedro Ramos, persigue acremente a los glosadores y maestros que revistiendose de Aristotelicos han inventado nuevos y horrorosos monstruos de voces, para charlatanear y altercar dias enteros de las mas futiles y ridículas naderias. En medio de todo lo hasta aquí expuesto, es notorio el comun sentimiento de los Sabios, sobre que nunca deberia defraudarse a Aristoteles de una muy encumbrada alabanza por su Política, Arte Poetica, Retorica, fragmentos sobre la historia los Filosofas, y otros tratados. Si su logica es exacta, y mediocre su Etica; tiene segun la expresion del celebre Heinecio en su historia Filosofica, algo de ridiculez su Física, en que por otra parte no abrazo o com– prendio la coordinacion general de las partes del Universo: sien– do su Metafisica llena de tal obscuridad, que muy poco o nada se puede aprender con su lectura a no iniciarse con perfectas no– ciones anticipadas; por lo qual es comparado con Aristoteles a aquel pescado LAGIVIA, que arroja de sí un humor o tinta negra para ocultarse quando es perseguido. Además, qualquiera sabe que en la Metafisica misma representa a Dios Aristóteles como sujeto a las leyes de la Naturaleza, y sin prevision de las cosas de aca aba– xo, añadiendo que la providencia Divina no se extiende a las sub– lunares, o a todo el mundo habitado, y a esta parte del Universo que se comprehende entre el centro de la tierra y la region de la luna. La mortalidad de la alma resulta, o se deduce de los prin– cipios que el mismo establece, aunque en los libros de ANIMA la declara inmortal : y sostiene la imposibilidad de la creacion del mundo baxo la axiomJ. que no se puede hacer algo de la nada : de donde concluye que es eterno el mundo. No menos es motejado Aristoteles de haber fixado el principio de los nervios en el cora– zon, y negado la existencia de arteria en el higado: no menos que por varias inconstancias suyas, como la de espresar en el 2. Libro de COELO Cap. 2. que el Polo austral es el superior; siendo así que en el Lib. 2. de los METEOROS Cap. I. cree ser las tierras septentrionales las mas elevadas. Su Física de que he hablado an– tes, esta llena de expresiones vacias enteramente de sentido, y de un lenguaje que nada significa, como quando dice que la materia tiene un deseo y una agitacion natural de perfeccionarse, y que las formas son substancias que subsisten por si mismas; o quan– do pretende explicar las operaciones de la Naturaleza por medio de qualidades ocultas, y virtudes especificas.
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