Los ideólogos Toribio Rodríguez de Mendoza
118 ÜSCAR ZEVALLOS de hacerse común á Theologos, y Canonistas, y que los Profeso– res de una, y otra Facultad logren esta escala para Curatos; quan– do al contrario la del Maestro es limitada, y reconocida de todo el mundo por muy necesaria, se recomienda, y sostiene por si, y por las proporciones q. ofrece en la carrera de la Yglesia y de las Letras. En la América meridional jamas se ha visto un curso reglado de Canones, de donde proviene, que en otros Colegios asi como en los antiguos de San Felipe, y San Martin reunidos hoy en el de San Carlos, no se estudian, ni se estudiaban los Canones, reci– biendo los Jesuitas, por un increible trastorno de cosas los gra– dos mayores, y menores en Facultad, qe. no havian saludado: abu– zo deplorable, q. debe desterrarse para siempre, y para q. no se incurra de nuevo en el, sin que se fige su estudio, es preciso q. los Juristas tengan un alicitivo, que los provoque, y obligue á cul– tivarlos, lo que se conseguirá principalmte. con el Estudio de las Antiguedades Eclesiasticas en el modo antes explicado y fortale– cido con el establecimto. de una Cathedra de las Antiguedades. Las del Maestro de las Sentencias se ha mantenido en las Es– cuelas mas por este tenaz apego, y respeto con q' se conservan los viejos establecimtos . que por su utilidad, que en el día es re– ducida a muy poca cosa (Fa. 16 v.). Quando el Libro Manual de Lombardo apesar de su confusión y otros defectos notables, era el q. decoraban los Estudiantes, y explicaban los Maestros: quando al favor de la oscuridad de los siglos pasados era sin du– da el mejor sumario de la Theología, entonces fué laudable la fun– dación de Semejante Cathedra. Los tiempos son muy otros, y por eso se han cesado esas justas causas, q. nunca lo fueron pa– ra jurar en sus palabras. La Cathedra, y por consiguiente el estudio de las Antigueda– des Christianas tienen al contrario otra prerrogativa especial, Y es, que estas conducen tanto, y aun mas q. todos los Comenta– rios de los Libros de las Sentencias para la inteliga. de esos po– cos, e indigestos restos de la Antiguedad, q. recopila el Maestro con especialidad en su quarto Libro. En fin cualquiera q' sea la utilidad de la Cathedra del Maestro de las Sentencs. esta la con– seguirán los Colegiales de San Carlos en las oposiciones frequen– tes que hacen a las Cathedras de Theologia de la Rl. Universidad en las q. exponen el compendio de Lombardo. Pero no tienen co– mo adquirir aquellas preciosas utilidades q. da el estudio de las
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