Los ideólogos Toribio Rodríguez de Mendoza
160 ÜSCAR ZEVALLOS brador, despensero, Portero, enfermero, amanuense, guarda y cocineros ... . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . 1.160.- 6.894.- Importa el total de los salarios seis mil ochocientos noventa y cuatro pesos. Deducidos estos de los veinte y tres mil setenta y tres pesos dos reales, quedan diez y seis mil ciento setenta y nueve pesos dos reales, para alimentos, refacciones etc., es decir que dicha cantidad es menor a los veinte y cinco mil setecientos veinte pesos dos reales en nueve mil quinientos cuarenta y un pe– sos, diferencia notabilísima, la que en realidad es mayor si se con– sidera el número, y calidad de los alimentos ministrados a los Ca– rolinos. Volviendo ahora la consideración a solo el Colegio de San Carlos debe tenerse presente que muy rara vez han llegado los contribuyentes a setenta y cinco, sino que ha andado este núme– ro en aumento, y disminución entre los extraños de cuarenta a di– cho número de setenta y cinco, y como el aumento de diez contri– buyentes por ejemplo aumenta poco el gasto es notable la dismi– nución de estos mismos diez. De estas altas y bajas de concurren– tes colegiales proviene que en los años que bajan de sesenta los gastos han sido menores que las entradas, y que ha sido preciso sobrecargarse de dependencias con los abastecedores. De aquí también proviene que los Rectores anteriores, y el presente han sacado alcances contra el Colegio. Y esto mismo hace ver con cla– ridad que el Real Convictorio no quedó suficientemente dotado a pesar del ancho margen que abrió la liberalidad y beneficencia del Señor Don Carlos Tercero, a pesar del celo, y eficacia del Señor Amat que miró con predilección este establecimiento, y a pesar de las buenas disposiciones de los señores que compusieron la Junta de Aplicaciones, y del que entonces era Director de Temporalida– des. Más porque conspirando a un mismo fin todas las causas quedó el Colegio sin la Dotación y aplicación competente confor– me a la Real orden de veinte y cinco de octubre de mil setecien– tos sesenta y ocho, con la notable disminución en la rebaja de la mitad de lo que acostumbraban pagar los Colegiales. No todos conocen el principio de un fenómeno tan extraordinario como fu– nesto al Colegio, y yo paso a descubrirlo y manifestarlo. Dispues– to todo para realizar la Dotación del Colegio se pidió al Rector que era entonces razón de lo que necesitaba el Colegio para su subsistencia cómoda, y debiendo proceder el Rector en materia tan importante con prudencia, y verdad, se excedió en asentar que el
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