Los ideólogos Toribio Rodríguez de Mendoza
ToRrnro RODRÍGUEZ DE M ENDOZA 161 colegio además de sus conocidos ingresos, necesitaba de aumento diez mil pesos más anuales. La exorbitancia de esta cantidad obligó a que se le pidiese una razón exacta de entradas y gastos . Con esta tan justa providencia se vió el Rector en un indecible embarazo, porque nunca pudo ajustar el por menor con el por mayor pedido por él, lo que obligó de nuevo pedir claridad, y exac– titud la que no pudo conciliar con sus aserciones en que se echa de menos la buena fe. En esto se consumió el tiempo precioso, y pasó la ocasión favorable que no volverá jamás. Fijando ahora la atención en el tiempo presente no puede ser más calamitosa la situación del Convictorio . Con la suspensión de Tributos desde el año de ochocientos once ha perdido el Colegio hasta el presen– te veinte y cinco mil quinientos tres pesos seis reales, sin contar con lo que de muy atrás perdió en las Reales Cajas de la Paz. Concurriendo al mismo tiempo este déficit considerable con el au– mento de sus créditos pasivos, ha sufrido el embargo de tres mil setecientos sesenta y cinco pesos seis reales del poco resto que le quedó de sus ingresos : es decir que el Colegio ha carecido de nueve mil cuatrocientos treinta y tres pesos dos reales anuales . De esta fatalidad resultó que habiendo quedado indotado Maestros y Vice-Rectores, abandonaron algunos el Colegio, y otros no han desempeñado bien su respectiva obligación, y por consiguiente no ha habido arbitrio para reducir todo a sus términos debidos: y por todo esto desacreditado justamente el Colegio, se ha reduci– do a veinte y seis contribuyentes que solo producen dos mil nove– cientos veinte y cinco pesos; y aunque restablecidos los tributos vuelva un poco tarde según las necesidades públicas del Estado a percibir el Colegio el producto de sus cinco encomiendas con que ya puedan ser dotados los Vice-Rectores y Maestros, y restable– cerse la subordinación, y recuperando el Colegio su antiguo cré– dito, y esplendor será mayor el concurso de colegiales: con todo si no se toman otras medidas extraordinarias, temo que su retro– gradación siga con más velocidad. Para impedirla sería convenien– te que los contribuyentes paguen en lo sucesivo cuando menos la cantidad que exhiben los Seminaristas del Real Colegio de Santo Toribio quiero decir ciento cincuenta pesos anuales en lugar de los ciento doce pesos cuatro reales; pero este recurso en nuestra ac– tual situación política no me p~rece conveniente hasta que se res– tablezca la tranquilidad y que el mismo Colegio presente un aspec– to más favorable. Pero este arbitrio ni puede ser pronto, ni es bastante. Entre otros medios de restablecer el Colegio, me parece muy oportuno y eficaz proporcionar a los colegiales nuevos estí– mulos, y utilidad y honor, porque sin estos resortes ninguna cosa
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