Los ideólogos Toribio Rodríguez de Mendoza
164 ÜSCAR ZEVALLOS venció la constancia y el gusto con que se aplicó a su cultivo. Los primeros sasonados, y copiosos frutos que se recogieron se dedi– caron al Rey, al Príncipe, y a los primeros hombres que estaban al frente del Gobierno de la Monarquía. - El Estudio de la Juris– prudencia no principió hasta el cuarto año de la fundación del Co– legio. En esta parte se apartó el Rector que era entonces del Plan prescripto. Fueron obligados los jóvenes al estudio de una memo– ria servil, no sólo de la letra de las instituciones, sino también de los difusos comentarios de Vinio; pero la experiencia hizo ver que este estudio servil de Vinio era una carga muy pesada, y en su lugar se sustituyó la obra de Kees. Sin más conocimiento del Derecho que este, se les puso a los Estudiantes en las manos para el estudio de los Cánones la mala obra del Valensis; sólo por que se estudiaba por él en algunas Universidades de España. - El es– tudio diminuto de la Jurisprudencia y los rápidos y avanzados progresos en la Filosofía, y Teología, movieron a este Superior Gobierno al deseo de un mejor Plan de Estudios. Los colegiales familiarizados, ya con mejores Libros, miran con desprecio al Plagiario y superficial Cartier. Pero debe celebrarse la circuns– pección, y prudencia de la Junta de Aplicaciones en la elección de este Autor, consideradas las circunstancias del tiempo. Cualquier otro libro elemental profundo hubiera sin duda imposibilitado la enseñanza, y el de Cartier fué bueno, sirviendo de andamio para levantar el edificio. - La obra teológica del mismo Cartier, aun– que no tanto se resentía de los mismos defectos y en el Plan pres– cripto se pedía además del Cartier algo de Duhamel, y de Fourne– li, así en sus prelecciones, como en su compendio. De estos últi– mos no se pudieron conseguir, o no se pensó en adquirirlos y el estudio de la Teología se hizo por Cartier excepto los Sacramen– tos que se hizo por el compendio del padre Verti. - Por todo es– to como se ha dicho el Excelentísimo Señor Lacroix mandó se for– mase otro Plan de Estudios, el que se hizo, y presentado se apro– bó interinamente, decretando su remisión al Rey para su confir– mación, y el Excelentísimo Señor Gil lo remitió, y ha quedado en este estado. - Mucho tiempo ha que la Europa culta había cano– nizado con sus aplausos y preferencia el Sistema del Inglés New– ton y por eso se adoptó, y más cuando el Estudio de las Matemá– ticas había decaído en el Convictorio, y el medio más seguro de restablecerlo era el Newtonianismo, que hace tanto uso del cálcu– lo y el suceso acreditó esta verdad. Sin embargo la preocupación hizo fuerte resistencia calificando torpemente de inútiles las ma– temáticas pero el incansable empeño del Rector, los premios da– dos, y últimamente el gusto que iba tomando la juventud disipó
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