Los ideólogos Toribio Rodríguez de Mendoza
TORIBIO RODRÍGUEZ DE MENDOZA 165 este nublado de contradicción. Hizo más el Rector de San Car– los, y fué fundar una cathedra de matemáticas elementales. El Superior Gobierno que constantemente ha protegido el Convicto– rio, y la Real Universidad, cuyo esplendor pendía en gran parte de los adelantamientos del Colegio patrocinaron el pensamiento, y se rentó la Cathedra. - En este nuevo Plan de Estudios se designa– ron para la Filosofía la historia de ella por Heinecio, la Lógica y Etica del mismo: la Física, y Metafísica de Jaguier, y para las Ma– temáticas los elementos del Abad Parra. Publicóse por ese tiem– po el curso filosófico del reverendo padre Celis ilustre miembro de la Religión de la Buenamuerte, única corporación religiosa que entró en el mejoramiento de los estudios, y siendo la citada obra del padre Celis más reducida que la de Jaguier, y que puede pasar por su compendio se adoptó el Celis para la Física, y Metafísica. - Por lo que respecta a la Jurisprudencia civil se hizo la innovación de que en lugar del Derecho romano se estudiase el es– pañol, y en efecto se empezó y concluyó un curso por el compen– dio de las Partidas, pero la ausencia del Excelentísimo Señor La Croix y la oposición general, obligó al estudio de las Instituciones con los comentarios de Heinecio. Como se ha exigido para entrar en el estudio de la Jurisprudencia, y de la Teología el de toda la Fiolsofía, y este se ha recargado con los nuevos tratados de histo– ria, y matemáticas, nunca se pudo lograr adquiriesen los jóvenes las demás nociones del Plan de Estudios. Para el estudio de los Cánones se adoptaron las Instituciones de Selvagio. - Para la Teología se prefirió el Compendio de Duhamel formado por el mismo de su obra grande con el Título de Sumario de la Teología para el uso de los Seminarios en cinco tomos en octavo. Las ra– zones en que se funda esta preferencia son primera, que dicha obra está escrita con limpieza, y aseo : Segunda porque reune en poco espacio la Dogmática, Escolástica y Moral con un precioso Tratado preliminar sobre la Escritura Sagrada que ocupa un to– mo y medio : la Tercera, y principal porque no es partidario de ningún Sistema. Los Sistemáticos se despedazan unos a otros, el Agustiniano es acusado de Jansenismo, el Molinista de Pelagiano, y aún el Tomista ha sufrido calificaciones odiosas perturbándose por esto la paz eclesiástica. Duhamel evita todos estos extremos libre de las trabas de jurar en palabras de otros ; pero no habién– dose encontrado ejemplares no obstante las repetidas diligencias que se han hecho, se tomó el arbitrio de remitir un sólo ejemplar que había para que se reimprimiese en España, lo que no pudo realizar el doctor Andueza encargado de esto, así por escasez de dinero como por las perturbaciones de la Península. De antema-
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