Los ideólogos Toribio Rodríguez de Mendoza

TORIBIO RODRÍGUEZ DE M ENDOZA 169 hacen honor, y ornamento de la iglesia pero son estos en muy cor– to número. Este resfrío para el estudio de la Teología es bien antiguo en la América. Los Padres Jesuitas a cuyo cargo corría el antiguo Colegio de San Martín de esta ciudad lo representaron al Rey, y pidieron que una parte de las becas de merced se destina– se para teólogos, porque dedicándose casi todos al estudio de la Jurisprudencia, ya no había medio para promover el de la Teolo– gía, mal (manchado el original) sensible, y contrario al estable ... (manchado) . cho Colegio erigido para. . . (manchado) . religión christiana y estirpar. . . (manchado) . . . atria. A consecuencia de este reclamo dispuso su Magest ad lo que consta de la Ley diez, Título veinte y tres del Libro primero de la Recopilación de In– dias concebida en los t érminos siguientes: "A nos se nos ha he– cho relación qe. habiéndose acostumbrado desde la fundación del "Colegio de San Martín de la Ciudad de los Reyes, que todos los "colegiales profesen la Sagrada Teología, por lo mucho que im– "porta que los naturales de aquellas provincias la estudien para "que se ocupen en la extirpación de las idolatrías, y se ha intro– "ducido a admitir en el Legistas: y Canonistas: mandamos a nues– "tros Virreyes del Perú que cumplan con nuestra intención en lo "que toca a la presentación de estas becas en la forma que las "acostumbran proveer guardando, y haciendo guardar la constitu– "ción del Colegio" . En efecto se mandó por este Superior Gobierno que cierto nú– mero de becas se confiriesen a Teólogos . No hay constancia del número fijo de las señaladas para Teología, sino solamente por un fragmento de un Indice de las Providencias. En esta Superioridad se sabe que hubo tal Providencia. Aún se mantiene en la memoria de muy pocos menos distantes de aquel tiempo, el desaire que sufrió un Jesuita Rector por la indiscreta entereza con que se resistió po– ner en ejecución un Superior Decreto del señor Virrey que concedió una beca teóloga a un Colegial legista. Este acontecimiento, y el tiempo que lo devora fueron la causa de que las becas se diesen des– pués indiferentemente. Conviene, pues sobre manera que de las diez y siete becas de mereed a lo menos diez se destinaran a favor de los Colegiales que se dediquen a la Teología, y que las restantes se confieran sin sujeción a profesión alguna. El estudio de la Juris– prudencia no necesita este género de estímulo: hay otros bien po– derosos y más que todo el común, y antiguo empeño con que se prefiere su Estudio. - Acaso sería muy ventajoso al público po– ner algunas trabas para contener ese torrente de estudiantes le– gistas, y que no estuviese tan abierta la Puerta para esa multitud

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