Los ideólogos Toribio Rodríguez de Mendoza

TORIBIO RODRÍGUEZ DE MENDOZA 327 lemne del corazon de María celebrada en este año en la capilla de esta universidad, se colocó sobre el altar un corazon que no fué de María, sino de Jesus; y para disfrazarlo y tapar la llaga que abrió la lanza, se le vistió con muchas alhajas de piedras pre– ciosas. Pregunto al que miserablemente hizo tal cosa: ¿si seme– jante accion cómica es conciliable con la magestad, sencillez y verdad de la religión de Jesucristo? Si es lícito hacer estas farsas pregunto al autor de la antecedente ¿si podrá con igual devocion disfrazar a Jesus Nazareno con el vestuario de nuestra señora de la soledad: Pregúntele en tercer lugar : si en caso de estar auton, zada la solemnidad y devocion del corazon de María ¿será lícito presentar sobre nuestros altares para darle culto un corazon que represente el de la Virgen? A esta tercera pregunta ya respon– dió anticipadamente el mas fogoso defensor de dicha festividad, refiriendo que en la arca del Señor se mandaron colocar para la pública veneracion varias nalgas de metal. ¿Es posible que un sacerdote, cuyo nombre perdono, que lee ó debe leer con aten– cion y devocion la biblia, haya proferido tan descomunal absur– do? Esas figuras que él llama nalgas, fuéron representativas del ano, sitio en que fuéron atormentados los filisteos. Estos por dictámen pedido á sus sacerdotes, las colocáron en una caxita, no dentro, sino fuera y al lado de la arca, quando la pusiéron so– bre el carro que hiciéron tirar por dos vacas recien paridas, para satisfacer al Dios de Israel ofendido. Pero dexemos la respuesta de este crítico, que mas parece cuento ideado para divertirse á costa agena, que hecho verdadero, testificado por hombres veraces. Ahora solicito que los devotos de esta festividad me digan y prue– ben, si en los 17 siglos anteriores ha conocido y admitido el rito eclesiástico fiesta del corazon de algun santo ; porque no habien– do exemplar semejante, pronunciaré segun los principios de S. Bernardo, que esta fiesta es por eso mismo supersticiosa. La ra– zon tampoco la aprueba, pues la mira como superflua é inútil pa– ra darle el culto debido á la santísima Vírgen, á cuya persona de– be dirigirse en derechura : y los devotos que deben estar instrui– dos en la vida de tan privilegiada señora, madre de Dios y nues– tra, encontrarán pasos que exciten los diferentes afectos de su devocion. Entre tanto que responden á mis preguntas, sigo mi camino. Las experiencias y observaciones de lo pasado y presente nos en– señan las precauciones que debemos tener contra los abusos y desregles en materia de culto ó veneracion de santos. Es pues de temerse que multiplicadas las festividades nuevas de la Vírgen, se

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