Los ideólogos Toribio Rodríguez de Mendoza

TORIBIO RODRÍGUEZ DE MENDOZA 37 é intercesora a la Serenisima Reyna de los Angeles Maria Santi– sima Madre de Dios y Sra. Ntra., al Sto. Angel de mi Guarda, San– to de mi nombre, los de mi deboción, y demas Santos y Santas de la Corte Celestial, para que impetren de Ntro. Sor. y Redentor Jesucristo, que por los infinitos Meritos de su preciosisima Vida Pacion y Muerte, tenga piedad y misericordia de mis culpas y pe– cados, y lleve mi Alma á gozar de su Beatifica precencia; y por que es natural el morir, quanto dudosa la hora, para que esta no me encuentre desprevenido, sin haver hecho mi disposicion Tes– tamentaria; teniendo plena satisfaccion en primer lugar del Pres– vitero Dn. Francisco Pastor: en segundo de Dn. Francisco Siesa, del Comercio de esta Ciudad: en tercero del Coronel Dn. Mariano Rodriguez, mi sobrino; y en quarto del Teniente Coronel Dn. Pa– blo Rodriguez y Trigoso mi hermano: por tanto, sabedor de lo que hago, otorgo que doy mi Poder el necesario en derecho a los susodicho, a cada uno, en su vez, segun van nombrados; con ad– bertencia de que la posposicion en los lugares, no viene de otro principio, que el de que, siendo mi Testamentaria de Cuentas del Rectorado que hé servido por mas de treinta años, y otros asun– tos que exigen un conocimiento especial de estas materias, el que sobresale en el primero; por lo qual, he tenido a bien elegirlos en la conformidad que ván puntualizadas; y sin embargo de lo expuesto, les suplico a cada uno, se sirvan para sus operaciones de Dn. Felix Laso, señalandole alguna gratificacion, por la versa– cion que há tenido en dichas mis Cuentas, pues casi todas las há formalizado; y esto no tendra efecto, si Dios me dá alivio y las puedo concluir, porque en la actualidad, á pesar de mis achaques estoy entendiendo en ellas: baxo de este supuesto segun ván nom– brados, despues de mi fallecimiento, y no antes, hagan y (Fa. 109 v.) ordenen, en virtud de la facultad que les doy en este Po– der, mi testamento en la forma siguiente. Primeramente encomendarán, como encomiendo mi Alma á Dios Ntro. Sor. que la crió y redimió con el precio infinito de su preciosísima Sangre Pacion y muerte, y el Cuerpo a la tierra de que fue formado; el qua! hecho Cadaver, revestido con las vesti– duras Sacerdotales, se sepulte donde mi Albaceas dispucieren, y todo se pague de mis bienes. 2~ !ten. mandarán como mando, se dén a las mandas forzo– sas, y acostumbradas, un peso de á ocho reales a cada una de ellas, y otro peso de la misma moneda a los Santos Lugares de Jerusalen donde Ntro. Sor. Jesu Cristo obró la redencion del ge-

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