Los ideólogos Toribio Rodríguez de Mendoza
TORIBIO RODRÍGUEZ DE MENDOZA 41 con el, en una de las casitas de las Capellanias, las mismas que Yo administro, y de que daré razon puntual en los apuntes que in– mediatamente voy á hacer, para govierno de mis Albaceas ; y solo diré áhora, que en un sitio contiguo, que antiguamente fue una ca– sita, con lizencia de Da. Antonia, edificó el moreno Juan de Dios Alzugaray, una Pieza con un Altillo, y Corral, óbligandose á pa– gar por el suelo, tres pesos mensuales; y concluida la obra la mandó tasar el dicho Alzugaray; y por declaracion del Perito que la abaluo, importe lo labrado, dos mil veinte pesos poco mas o menos, de que hay constancia entre los papeles que dejo en mi poder. 13~ !ten. declararan, como declaro, que dicho Alzugaray de– claró, que el dinero imbertido en dicha fabrica, fue de Dn. Ro– sendo Gao; y este liquidadas cuentas con Alzugaray, le sacó en limpio que le quedaba debiendo, mil quatrocientos pesos: estos los cedio Gao a mi favor, por otros tantos que me debia; por lo qual, el actual poseedor, Sobrino de Alzugaray, deberá ser obli– gado a la satisfaccion de los dichos mil quatrocientos pesos de la cantidad que fuere, segun los documentos que se encontraron en mis papeles ; y no pudiendolos hacer, se le dará el exeso hasta el cumplimiento de los dos mil veinte pesos de la tasacion, y queda– rá por mía la finca, obligandome a pagar los tres pesos del sue– lo. Mas siendo muchas y pequeñas, las advertencias que debo ha– cer sobre aquella administracion, omitidas aqui, las dejo en los apuntes arriba mencionados, que como he dicho voy á formali– zar. 14~ !ten. declaren, como declaro, que mi Sobrino Dr. Dn. Juan Antonio Andueza, fue encargado por mi hermano Dn. Pablo Rodriguez á recaudar en España mil ochocientos setenta y siete pesos seis reales, los que con gran diligencia cobró (Fa. 111) del Agente de negocios en cuyo poder estaba; mas como el enuncia– do Dr. Andueza hubiese buelto sin haver podido conseguir los en– cargos y pretenciones de Dn. Pablo, resentido este, le exigió el di– nero, cargandolo hasta los últimos apices: causandole mucho do– lor estos resentimientos, tomé a mi cargo el mediar esto, pagan– do a dicho mi hermano por mi sobrino el Dr. Andueza; y despues consultando a los mejores comerciantes de éste vecindario, sien– do entre ellos Dn. Antonio Alvares del Villar, y Dn. Manuel Arrie– ta; encontré, que el cargo que hacia dicho mi hermano, al Dr. An– dueza era legitimo, con una muy pequeña diferencia: Pague de– mi dinero al referido mi hermano Dn. Pablo á favor del Dr. An– dueza la cantidad de tres mil trescientos ochenta y tres pesos un
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