Los ideólogos Toribio Rodríguez de Mendoza

TORIBIO RODRÍGUEZ DE MENDOZA 67 ma debe aprehenderse esta ciencia por las ventajas, que recomien– dan los A.A. del Plan. La utilidad de la Mathematica, asi para la perfeccion de las artes y las ciencias como principalmente por los auxilios, que co– munica a la Phisica, es tan universalmte. conocida qe. fuera ocio– so esforzar esta verdad con los testimonios mas respetables. Aun para los Jovenes tiene fa inestimable calidad de acos– tumbrarlos al espiritu de cálculo y combinacion, que es tan nece– sario para varios usos de la vida, habituandolos al mismo tiempo a unir y alcanzar sus ideas que es una de las aptitudes mas esen– ciales quedeben adquirir, pr. extenderse a todos los destinos y empleos que pueden ocuparse en el comercio civil de las gentes. Aunque deseara que el estudio de la Philosofia moral se hi– ciere pr. los ethicos y Politices de Aristoteles, por ser (a pesar de la critica de Muratori en sus Refleciones sobre el buen gusto) una de las obras mas perfectas de la antiguedad y estar prescrip– ta para la enseñanza en las Universidades de Salamanca y Alca– lá, son no obstante convenientes los fundamentos, que indican los A. A. del Plan, para preferir la de Heinecio : bien que siempre contemplamos, que una ciencia que se dirige a instruir al hom– bre en el exercicio de todas sus operaciones segun los dictamenes de la recta razon, deberia aprenderse en idioma bulgar para qe. hiciesen mas comunes y perceptibles unas nociones y preceptos qe. hablan con todos los estados y condiciones. Este fué el designio de Piquer, pero su tratado de Philosofia moral, sobre ser muy prolixo, mezcla sobrada erudiccion, para que pueda llenar el objeto que se propuso. La esperiencia acredita, que el que no está bien versado en la latinidad, hace siempre debiles progresos en las ciencias. , Como esta es la lengua sabia en qe. han convenido comuni– carse las Naciones cultas la mayor parte de sus conocimientos de– be mirarse su perfecta inteligencia, como instrumentos casi nece– sarios para su adquisicion; aun prescindiendo de ser este el úni– co medio, para enriquecer nuestras ideas con la lectura de las obras existentes qe. nos ha dejado la Antiguedad en todos los ra– mos de literatura. En ningun Reyno habrá en esta parte una mision mas culpa– ble que en este, ya por la insuficiencia de los Maestros qe. abren

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