Memorias, diarios y crónicas

214 JOSE MANUEL DE COYENECHE "Esta marcha bien ordenada fue la que acobardó al enemigo, para no intentar algún ataque, pero no faltaron tiroteos por parte de las guerrillas, que marchaban a distancia en puntos de observa– ción para aprovecharse de cualquier descuido con los equipajes y bagajes, o de alguna dispersión en las compañías de nuestro Ejérci– to. 1\luy raros son estos sucesos en la guerra, para que no espere– mos que se repitan los mismos ejemplos cuando las Historias de las Naciones, apenas nos cuentan la retirada célebre de los diez mil griegos desde la Provincia de Babilonia, la del Conde de Gages y la del valiente Moreau . "Pongámonos ahora en el caso posible de que los Anglo-Ameri– canos, surtan a los Porteños con quince o vein te mil fusiles, y armando con ellos a los bárbaros campesinos del Tucumán, Córdoba y Cuyo, convidasen también a los robustos chilenos con la promesa de un saqueo general en el Perú, para acometer a Salta y Jujuy en un mismo tiempo, al efecto de impedir el que puedan reunirse las fuerzas que están repartidas en las dos ciudades, empleando culebri– nas y obuses, que no tenemos nosotros en baterías a donde no pueden alcanzar nuestros fuegos. "¿podrá asegurarse que no se rendirá ninguna de las dos ciudades, a la vista de un ejército más numeroso que el nuestro, todo armado de fusiles, artillería más gruesa, caballería más diestra y mejor montada, en la misma querencia de sus pastos nativos, mucho más si llegasen a creer, que aquellas eran tropas aguerridas de Buenos Aires, que venían arrojadas de su capital por la fuerza, resueltos a vencer o morir en Salta, para apoyar su Gobierno, en la ventajosa situación de las montañas del Perú?. "¿Podrá asegurarse tampoco que vencería nuestro ejército, saliendo a campaña con fuerzas inferiores a decidir la cuestión por una batalla, como yo salí del Desaguadero? ¿Y no ser fa más factible que al ver la superioridad de los enemigos prefiriesen hacer su de– fensa dentro de las mismas poblaciones, como ya lo propusieron en el mismo Desaguadero? ¿si entonces fuese derrotado nuestro ejército o capitulase con el de Buenos Aires? ¿cuales eran mis recursos, ni para sostener los puntos que estoy ocupando ni para replegarme en lo más interior del Perú?. "Por las razones que quedan propuestas debe reputarse poco menos que imposible, la reacción de un ejército que es derrotado en estos países. El enemigo victorioso, vendría persiguiendo por viva fuerza a todos los fugitivos, y batiría en detalle, muy fácilmente las

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