Memorias, diarios y crónicas

l\[EJ\IORIA 221 te no se tuvo presente que de mi parte se dio el primer ejemplo de decoro y de entereza, cuando en el Desaguadero repulsé directamen– te sin instrucciones de nadie, las discusiones políticas que Castelli solicitó entablar conmigo, a pretexto de hacer gran servicio a la Patria, y entonces mismo yo fui también el primero que le negué el tratamiento indebido de Excelencia que le tributaban los pueblos y las superioridades. "Por instinto y por sistema han estado siempre en diametral oposición mis sentimientos naturales, con el fanatismo de Buenos Aires, y jamás me han acomodado ni sus planes de Gobierno, ni sus medidas mal combinadas, sobre la libertad que tanto han decan– tado, para hacer felices a los americanos. Ni Belgrano que conoce muy bien mi carácter, nunca podía persuadirse de que fuese capaz de sorprenderme, para la adopción de sus principios, por ningún género de maniobras. "Despreciando yo las bases de su proyecto, anuncié a V. E. de que se podía conferenciar con él, no sobre las causas de la revolu– ción, ni sobre la forma del Gobierno, ni sobre otras negociaciones que pudiesen tener aspecto de consideración indecorosas, a la digni– dad de nuestra Constitución, sino únicamente para convenir, o bien sobre un armisticio, como ya lo hizo el Mariscal de Campo Elio, con ventajosos resultados para su fortuna, o sobre comunicaciones de comercio según las tiene Chile con sus frutos, o sobre otros par– tidos que arbitrase la sabiduría de ese Superior Gobierno, conforme con el derecho de gentes, mientras Montevideo, España o los portu– gueses, nos diesen ejemplos de imitación para la guía de nuestra conducta. "No descubro motivo alguno de ignominia en este paso que parece que es muy propio de una política sutil; pero no habiéndose adoptado por V. E. ni aun con el conflicto de no poder suminis– trar los recursos que tantas veces he solicitado, me basta representar los inconvenientes, para quedar libre de toda responsabilidad en cualesquiera sucesos que pudieran sobrevenir, al nivel de mis opor– tunas reclamaciones: reproduciendo a V. E. mis anteriores protestas, y mis más eficaces anhelos por mi tan solicitado retiro, para que otro jefe acaso más feliz, y menos desconfiado de los caprichos de la fortuna, entre desde luego a tomar papel en este triste teatro, que para mí sólo ha sido un golfo de amarguísimas angustias, como las que que he consagrado a la salvación de mi Patria.- Dios guarde a V. E. muchos años.- Cuartel General de Potosí.- Enero 31 de

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