Memorias, diarios y crónicas

MEMORIA 229 presente de orden de d ich o Señor General en Oruro a 7 de mayo de 1813 - J osé María Sánchez Chaves". Sigue legalización de escri– banos de ser este tal empleado. ¿y será posible que el superficial Virrey cerrase su acusac1on con un supuesto tan descarnado y falso? ¿cómo inventó este artifi– cioso cargo y no declaró a V.M. el haber reunido en Oruro tres– cientos setenta mil duros únicos fondos de la Casa de Moneda, y ochenta mil que caminaban de buena cuenta para la vanguardia, les llegó a tiempo la orden de retrocederlos? Pues parte de estos cau– dales conducidos por mí en pasta y labrados que sólo les faltaba el cuño se los pasé para su amonedación a Lima, y enviando algunos al ejército, se quedó con otros considerables para subvenir a las obligaciones de su Capital. Esta demostración, entre UQ supuesto falso, y un hecho recomendable que oculta su malicia, ¿qué mere– ce? Júzguelo la justicia de V.M. y reciba entre el incontestable número de pruebas que multiplican mi vindicación ésta que sola basta para rebajar el concepto del Virrey Marqués de la Concordia. Las municiones que se quemaron en Potosí por falta de baga– jes para conducirlas no excedieron de sesenta cajones, de a tres en carga, y nueve barriles cuyo despreciable repuesto en la necesidad de dejarlo por no poderlo extraer, y porque su poco valor, daba la preferencia al dinero, exigía volverlo a la nada, primero que dejar el menor desperdicio en obsequio del enemigo. Este frecuente y tri– llado caso que diariamente se ofrece en la historia militar en casos prósperos y adversos, y que jamás ha sido cargo a General alguno, porque las circunstancias son las que reglan sus operaciones, ligadas a la salvación del ejército que se le confía sin sujeción a la codicia de cargar con lo que no se puede, es un crimen sobre que inculca el Virrey sin recordar que después que di la batalla de Guaqui interné al Desaguadero seiscientas mulas de Parque de los enemigos. Pero ya es en vano aclarar con tanta menudencia cada cargo, conocien– do que el plan que se propuso fue inventar unos, aumentar otros, y darles a todos la única fuerza con que cuenta que es decir: lo cree– rán porque el Virrey lo informa. Y yo añado, se aclarará el infor– me, y el Rey me dispensará la honra de declarar lo justo, en obse– quio al decidido valor y entusiasmo con que he cumplido con mis obligaciones. Yo no fui a Oruro a esperar la respuesta de Belgrano. Fui a reunir ejército, para contrarrestarlo y no salí de allí sin haberle antes declarado la guerra, invitándolo hostilmente a que se acerca-

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