Memorias, diarios y crónicas

MEMORIA 231 pues así lo exije la irreparable contradicción en que queda el Virrey. Hasta aquí sólo me he contraído a contestar el parte de 14 de abril de 18 13, fraguado por la injusta conducta del Virrey Marqués de la Concordia, aprovechando del único lejano momento que le presentó la suerte para atentar a la destrucción del concepto que V. 1\1. había formado de mis servicios, y como la demostración que antecede, unida al comprobante de las piezas justificativas nada de– jan que desear en orden a la falsificación, de los supuestos que establece el Virrey, es conveniente que V.M. vea comprobado el carácter de su notable inconsecuencia por los mismos informes que ha elevado a su Real Animo en confesión ingenua de mis servicios, y de que ha prescindido, intentando destruir en una sola fecha los incontestables documentos que existen en la Secretaría del Despa– cho Universal de la Guerra y son los siguientes. El Virrey de Lima en carta No. 327 de 13 de enero de 1810 acompañó ocho copias de otros tantos partes remitidos por el Ministerio de Estado dando cuenta de las turbaciones de Chuquisaca y La Paz ; en el señalado con el No. 33 su fecha 30 de octubre de 1809 dice el Virrey había mandado organizar un Ejército de cuatro mil quinientos hombres a mis órdenes con todos los útiles necesarios para su completo y buen desempeño; en el 34 de 15 de noviembre de dicho año dice el propio Virrey remitía con los números l o., 2o. y 5o. los oficios dirigidos por mí como jefe destinado a la sujeción y pacificación de La Paz y su provincia y a la victoria conseguida sobre aquellos insurgentes, y elogió el Virrey el tino, prudencia y energía con que me había manejado, dando pruebas de talento militar y espíritu para desempeñar cualesquiera cargo que se pusiese a mi cuidado, que son todas sus literales e::presiones, con la advertencia que aun– que cita incluir las copias de mis oficios no lo hizo. Si fue olvido, es reparable dirigiéndose al Ministerio, y si no lo fue, fácil es atinar con la causa. En el No. 41 de 15 de diciembre de dicho año dijo el Virrey que la sublevación de La Paz se había disipado absolutamente, que– dando exterminadas del todo las tropas de los insurgentes, tomadas sus armas y artillería; arrestada la mayor parte de sus caudillos y restituidas las Autoridades a sus destinos, y los fieles habitantes a sus hogares, como resultaba de la copia del parte dado por mi. En 16 de agosto del referido año de 1810 le contestó V.M. quedar enterado de todo. En carta No. 520 de 18 de julio de 1811, dijo el Virrey a

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