Memorias, diarios y crónicas

272 JOAQUIN DE LA PEZUELA causa de nuestros enemigos; por lo que en la instrucción particular que le di a Velasco; .Y después al Teniente Coronel Mendizábal, que le substituyó en aquellos primeros días, les impuse una fuerte con– tribución. El 17 municioné al Mariscal de Campo D. Francisco de Picoa– ga, para que marchase (como lo verificó aquel día) a la Provincia del Cuzco, con instrucción por escrito para su Gobierno; a fin de reclutase en ella de 2 a 3 mil hombres que me ofreció sacar con objeto de reemplazar las bajas del Ejército que eran muchas, no tanto por los muertos y heridos, como por las deserciones; pues en solos los 3 días que mediaron desde la batalla a la salida de Picoa– ga, pasaron de 300 los soldados que se desertaron; y siendo absolu– tamente preciso poner guarniciones en las 3 Provincias recuperadas Cochabamba, Charcas y Potosí y que fuesen de alguna considera– ción, especialmente en las dos primeras, en que la independencia y. adhesión al sistema revolucionario de Buenos Aires estaba en lo íntimo del corazón de sus habitantes era indispensable tomar esta medida para reemplazar dichas bajas prontamente y aumentar mi fuerza de manera que pudiese dejar fuertes guarniciones en las cita– das 3 provincias para continuar la guerra, y para sacar las ventajas que proporcionaban las dos memorables batallas de Vilcapujio y Ayohuma. Con este tan interesante objeto escribí a los Intendentes y Go– bernadores de las Provincias de Puno, Arequipa, Cuzco y Huaman– ga, para que a toda prisa me enviasen cuanta gente pudiesen y pla– ta con que mantenerla, y al de La Paz esta sola especie porque la gente de ella es más enemiga del Rey que los mismos de Buenos Aires. El Señor Virrey dio sus órdenes al intento. En este mismo día 17 dispuse que el Sargento Mayor de Caba– llería D. José Aveleira con 150 soldados de su cuerpo saliese de i\Iacha con 54 oficiales y 480 soldados prisioneros, quedando los heridos de ambas clases; y que dejando en la villa de Oruro éstos y seis negros que había entre aquéllos, condujese los restantes 48 a Lima, como verificó por Puno, Arequipa, Puerto de Quilca, hasta el Callao; y para quedar del todo desembarazado de la pesada carga de prisioneros, previne al Capitán del ler. Regimiento D. :\ligue! :Vlellado, que con una partida de 40 hombres se hiciese cargo de los 14 oficiales, y 200 soldados heridos que habían quedado en el hos– pital, y cuando estuviesen en estado de emprender la misma marcha que los otros la verificase, como así lo ejecutó saliendo de :\facha

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