Memorias, diarios y crónicas

1)1 \RIO 101\l \1)0 EN 1.1 LJ\ 275 del país, uno de defensor, y otro de Fiscal, que juzgasen todos los delitos de infidelidad con arreglo a los artículos que se les prescri– bieron y demandaron las circunstancias . El 12 del mismo diciembre y para cumplir el voto mío y de todo el Ejército hecho a la Virgen del Carmen de nombrarla para Generala de él, para que le continuase con la protección que hasta allí se había dignado concederle se le celebró una solemnísima misa y función en el convento de Carmelitas de dicha ciudad, que clescri– be merecidamente el ilustrado orador de aquel día D. :\latías Terra– zas Dean de su Santa Iglesia Catedral, tanto en su sermón impreso, como en la descripción particular que hace de la entrada de las Tropas Reales, en la referida ciudad. En este mismo día 12 y antes de ir a la función, hallándose todas las corporaciones, jefes y oficiales del Ejército en la casa del General le pusieron a éste en su pecho la :\ledalla concedida a to– dos los que se hallaron en la Batalla de Ayohuma, un soldado de cada uno de los cuerpos de él, y se repartieron a los que estaban presentes; así como después a los restantes que se hallaban en aquel día fuera del Cuartel General con tal motivo y el de la función que iba a celebrarse, les arengo para la continuación de su buen com– portamiento en favor de la causa del Rey y de la confianza que debían tener en la protección de la única Señora a quien se había elegido para Generala de nuestras armas y Directora de las operacio– nes de ellas. Arreglado ya todo lo posible según la brevedad del tiempo y dejando al Brigadier Lombera de Gobernador de la ciudad y su Pro– vincia con 200 hombres de caballería para mantener el orden. Salí de dicha ciudad de La Plata el 16 de diciembre y llegué el 21 del mismo a Potosí. Esta villa merece la mejor op inión entre las demás capitales de las Provincias recuperadas, por no haber manifes– tado una adhesión tan decidida a la causa de la Independencia co– mo aquéllas, pero abriga dentro de sus recintos muchas personas tan infidentes como las hay en las otras: no obstante observé a mi entrada alegría en los semblantes, y en los corazones de sus habi– tantes, especialmente en las señoras principales. 13elgrano había evacuado esta dicha villa el 18 de noviembre por la proximidad en que se hallaban las tropas que con mi segun– do el General Ramírez le persiguió desde Ayohuma y entraron en ella el 19 por la mañana habiendo recibido el día antes un oficio de dicho 13elgrano en que me pedía un armisticio el cual y su con-

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