Memorias, diarios y crónicas

DI \lllO TOJ\!AI)() EN l.ll\IA 281 había para que me diesen una not1c1a de los enemigos de ambos sexos que estaban entre nosotros, a fin de esparcirlos como se veri– ficó a la espalda del Ejército en distancias proporcionadas. Ya el Ejército con esta medida vivía y obraba con más como– didad y seguridad y con objeto de imponerme del estado de los enemigos en el Tucumán hice marchar una expedición de 300 hom– bres a la orden del benemérito Coronel Guillermo l'vlarquiegui (prác– tico en todos aquellos terrenos) para que dando la vuelta por los fuertes de Santa Bárbara, Río del Valle y Pitos se aproximase por el flanco derecho a alguna distancia del Tucumán a adquirir noticias y de paso sorprender las guarniciones de dichos fuertes que estaban situados en la frontera del Chaco habitado de indios bárbaros, Mar– quiegui evacuó su comisión con el tino que le era de costumbre. Sorprendió a los enemigos especialmente a los del fuerte del Río del Valle el 16 de junio. Hizo prisionero a su Comandante, varios soldados, con los papeles de aquél; y supe con seguridad que los enemigos en el Tucumán no pasaban de 2 mil hombres toda gente nueva con 20 piezas de artillería y que la vanguardia se componía de muchas partidas en diferentes puntos que llegaban a cosa de 800 hombres la mayor parte gauchos a las órdenes del Jefe de ella '.\1ar– tín Güemes, pero así como por lo relativo al ejército enemigo ad– quirí estas agradables noticias tuve por los papeles que me envió l\Iarquiegui la sensible de haber sido el 16 de mayo batida la Escua– dra de Montevideo; deshecha y apresados los más de sus buques por la de Buenos Aires, que pudieron armar a esfuerzos de los in– gleses. Supe también que el sitio puesto a Montevideo estrechaba Ja plaza, y Ja tenía en los mayores apuros; sin víveres su guarnición, y sin posibilidad de tenerlos por haberse acabado la Escuadra que se Jos proporcionaba. Finalmente comprendí que la Plaza iba a ser tomada por momentos; y que las fuerzas sobrantes del Ejército de la banda Oriental, vendrían a reforzar rápidamente el Ejército de Rondeau, y por consiguiente que ya no me convenía ocupar a Salta y Jujuy por ninguna razón, aunque sí mantenerme hasta cerciorar– me de la verdad de todo. En este estado y por extraordinario, fecha 16 de julio, me co– munica el Comandante Blanco que después de su gloriosa acción de la angostura y toma de Santa Cruz, yendo a perseguir a Arenales, y sus fuerzas con que había retirado por el Piray, tuvo la deGgracia de haberle batido este caudillo en este punto el 25 de mayo con pérdida de toda su tropa, artillería, armas y municiones y muerte

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