Memorias, diarios y crónicas

284 JOAQUIN DE LA PEZUELA mar la capital de aquella provincia a cuyo fin andaba variando posi– ciones, y alarmando a los natales hasta que buscó a Velasco en el punto de Samaipata y se le aproximó con tanta rapidez a distancia de cuarta de legua que nada supo el citado Velasco; pero un mozo fiel llamado Lorenzo Bando se desertó de entre los enemigos, y se lo avisó en la noche del 5 de agosto de 814 que iba a ser atacado al día siguiente al amanecer; por lo que puesto sobre las armas con tal aviso recibió a Arenales que fue batido completamente sin em– bargo de su superioridad, le tomó los 4 cañones, le ·mató 5 oficiales y 64 hombres, le hizo prisioneros otros 5 oficiales, y 53 soldados; le cogió 162 fusiles; muchas bayonetas y correajes; y finalmente le hirió considerable porción de gente; de manera que Arenales huyó con poco más de 40 de los suyos precip itadamente al Partido de la Laguna a unirse con Padilla y Umaña. Velasco tuvo por su parte 3 oficiales muertos; y el cimjano con 1O soldados y heridos 5 de los primeros; y 42 de los segundos con lo cual consiguió por entonces la tranquilidad de la provincia de Cochabamba, y el que se adorme– ciesen los diferentes caudillos que andaban por varios puntos de ella. A Velasco que tan distinguidamente se comportaron les con– cedí interinamente el grado de Coroneles de Ejército y a su pro– puesta gracias a otros oficiales, y al fiel y honrado Lorenzo Bando, que tan oportunamente avisó de que iba a ser atacado, le concedí la pensión de dos reales diarios. En medio de lo referido, Benavente en el estado expresado y Velasco triunfante, parecía q ue debían disminuirse los cuidados de ambos puntos a pesar de que cada día se aumentaban los caudillos y la fermentación en ambas provincias y la de Potosí por el cuida– do de los enemigos tuvieron de introducirle papeles para hacerles saber que habían tomado la Plaza de Montevideo, con 5 mil prisio– neros; más de 6 mil fusiles; considerable porción de cartuchos y pertrechos; y finalmente ofreciéndoles que inmediatamente vendrían 6 mil hombres de refuerzo al Ejército de Rondeau para acabar con la del Rey. Esta noticia causó entre otros muchos daños, el que recibida con gusto de todos los habitantes de las 3 Provincias y la de La Paz; y aun los pocos indios que hasta entonces se habían manteni– do refugiados en sus alturas para no tomar parte, bajaron a sus pueblos, y se nos declararon enemigos así como un considerable nú– mero de cholos y mestizos de todos los demás, hasta entonces inde– cisos, que convinieron la mayor esperanza a favor de los insurgentes

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