Memorias, diarios y crónicas

302 J OAQUIN DE LA PEZUELA derse. En esta expedición tuvo J áuregui repetidos encuentros con el enemigo hasta llegar a las bayonetas en algunos; lo atacó en sus eminencias con considerable pérdida de parte de Camargo; y de la suya el Teniente Villegas con 18 hombres de tropa muertos, y algu– nos heridos y prisioneros en lo cual y siendo esta tropa recluta (ex– cepto la cuarta parte de veteranos) y, del partido de Chicha cobar– des y poco al propósito para soldados, se amedrentaron y empeza– ron a desertarse en tales términos que en aquellos días y en los siguientes, retirados ya a la Palcagrande se le huyeron más de los dos tercios de ella, y me pidió que a toda prisa le enviase algún refuerzo porque Camargo venía sobre él, con duplicada indiada, y con efecto, habiéndole remitido inmediatamente dos compañías del 2 º Regim iento a las órdenes del Capitán D. Domingo Infantes, llegó éste el 6 de enero en ocasión de estar atacado Jáuregui; y con sólo el preciso tiempo de arrojar sus mochilas, entraron en acción y se · logró derrotar completamente a Camargo con pérdida de 300 muer– tos, muchos heridos y entre ellos el mismo Camargo y un Fermín Baca su segundo. Nuestra pérdida consistió en 6 muertos 36 gra– vemente heridos y 39 contusos. Camargo volvió a refugiarse en sus alturas de Santa Elena; y empeñó toda su eficacia y poder sobre los indios para reunir consi– derable número de ellos, y volver sobre J áuregui que permanecía en la Palcagrande con bastante cuidado, porque la deserción de su tro– pa de Chichas continuaba . En este estado y para terminar de una vez los cuidados por aquella parte, dispuse que el Coronel Esena!To Comandante del Ba– tallón de Granaderos; fuese a unirse con J áuregui llevándose 50 hombres de su tropa y otros 50 del 2 º Regimiento con las cuales salió del Cuartel General el 28 de enero se unió con J áuregui y el 6 de febrero salieron de la Palcagrande a atacar a Camargo . Halla– ron la primera partida de éste en la altura de Tacaquira, mandada por los caudillos Tejada y otro; la atacaron matándoles 12 hombres cogiéndoles algunas caballerías. Siguieron su marcha dirigiéndose a Santa Elena, en cuyas alturas se hallaba Camargo fortificado con profundas zanjas y parapetos y tenía como 250 hombres de fusil, otros tantos montados, armados con lanza y de 2 a 3 mil indios con garrote, macana y honda. Jáuregui y Esenarro llevaban 300 sol– dados sobresalientes y ciento de las compañías de Chichas, todos armados de fusil y un cañón de fierro de calibre de uno. Tuvieron su primer encuentro con cien enemigos en el cerro llamado Ancapu-

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