Memorias, diarios y crónicas

304 JOAQUIN DE LA PEZUELA con más de 400 burros y mulas que habían cogido cargados de des– pojos. Jáuregui delante de esta dilatada cuerda, y Esenarro detrás. Los caudillos que siempre tuvieron a su devoción los indios de toda aquella comarca reunieron en los días 17 y 18 por lo que les ha– bían quedado; todos los de los pueblos de La Loma, Cueva, San Lucas, Ingahuasi, Culpina y Quisiquira por medio del nuevo caudillo Arebo; y caminando esta nueva reunión de noche, y cubiertos de las alturas, atacaron improvisadamente la cola de nuestra descuidada división en una angostura y sin detenerse los de adelante con esta novedad el Coronel Esenarro fue a recibirlos con el Capitán de Gra– naderos Elejalde y 40 soldados que se hallaban a la retaguardia. Esenarro recibió una pedrada que le dejó muerto; los soldados que estaban a su lado echaron a correr; el Capitán Elejalde se halla– ba a pie, no pudo seguirlos y fue muerto a mano de los indios; los demás de la división que vieron venir corriendo a los que abandona-· ron a Elejalde se pusieron en una precipitada fuga abandonando todas sus cargas y el cañón y aun tirando algunos el fusil y cartu– cheras, sin que los pudiesen contener los pocos oficiales que no hi– cieron lo mismo, ni el Coronel J áuregui que iba delante, siendo tal la sorpresa y cobardía de estos hombres que tan valientemente se portaron días antes, que sin que ya nadie los persiguiese cuando llegaron al río de la Palcagrande sin reparar Ja mucha agua que lle– vaba, se arrojaron y ahogaron algunos en él; y los demás tomaron diferentes caminos; y no pararon hasta el Cuartel General de Cota– gaita dejando a los caudillos Camargo y compañeros llenos de satis– facción y orgullo; y descubierto aquel punto tan interesante en cir– cunstancias de tener todas mis tropas ocupadas en otras, y sin más que 200 hombres en dicho Cuartel General. El Mayor General Brigadier D. Miguel Tacón había ido pocos meses antes a tomar el mando de las Provincias de Chuquisaca con la Presidencia de su Real Audiencia para cortar las desavenencias que antes van indicadas entre el cabildo y corporaciones, y el Go– bernador Marqués de la Plata que habían tomado un merecimiento que me obligó a tomar esta medida a pesar de quedarme sin un jefe subalterno que me ayudase a llevar las cargas del Ejército. Tenía Tacón 500 hombres a sus órdenes para contener la osadía del caudillo Padilla, que con otros de su clase; 200 hombres de fu– sil, otros tantos armados de lanza y 2 mil indios era dueño del Par– tido de la Laguna y amenazaba los alrededores de la ciudad de La Plata, y aun la misma ciudad. Distante de ella 18 leguas en el pue-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx