Memorias, diarios y crónicas

312 JOAQUIN DE LA PEZUELA febrero de 1815 en el pueblo de Zurumiri; sorprendiéndole al ama– necer y quitándole en la acción todas sus armas, después de muerta la mayor parte de su gavilla, excepto unos pocos que desnudos es– caparon con él. Por Oruro no había novedad en consecuencia de la salida que había hecho su Gobernador Abeleyra, con una partida de 150 hom– bres y un cañón de a 2 combinada con otra que había enviado el Intendente de Cochabamba D. Antonio Goyburu, a dispersar los caudillos en el punto de (espacio en blanco) como lo consiguió pero perdió al Capitán Taurete con 38 soldados que fueron apre– hendidos y asesinados en el pueblo de (espacio en blanco). Finalmente por la Provincia de La Paz hasta el Desaguadero había logrado el Teniente Coronel D. Toribio Barra el 17 de enero de 8 15 batir y derrotar completamente al caudillo Jorge Carrión, en las orillas del río Mauri, cuatro leguas de dicho punto del Desagua– dero tomándole casi todas sus armas, y un botín considerable de los robos que había ejecutado este malvado de manera que hubo soldado a quien tocaron 500 pesos. Todas las fuerzas empleadas en estas acciones y puntos indica– dos inclusas las del ejército de operaciones no componían un total de 4,500 hombres haciendo la guerra en 120 leguas de terreno. La de los enemigos excedía de 20 mil entre su Ejército de Rondeau, y la multitud de caudillos pero sin embargo ellos fueron batidos en todas partes, y a pesar de su obstinado empeño, de la acogida que hallaban en to dos su s habitantes; de los espías y avisos que tenían y de no ser nuestro más que el terreno que p isábamos iban ya des– mayando y poniéndome cada vez más empeño de sostenerme en Santiago de Cotagaita y Yavi, esperando de que si hasta marzo no me habían llegado los refuerzos, diferentes veces prometidos, aun– que hac ían 7 meses de mis reclamaciones al Virrey, me podrían lle– gar en abril para dar algún descanso a mis tropas, que ya no po– dían más, y se hab ían disminuido considerablemente en tan repeti– dos encuentros en términos de no haberme quedado arriba de 2 mil hombres en el ejército de operaciones, y menos de 1500 en todas las capitales de Provincia y demás puntos de mis espaldas hasta el Desaguadero. Yo sabía que Ro ndeau tenía próximo el último refuerzo que esperaba de Buenos Aires como en efecto llegó en fines de marzo. Del señor Ramírez no tenía entonces más noticias q ue la de haber salido de Arequipa con su División el 11 de febrero de 815 con

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