Memorias, diarios y crónicas

lll.\RIO nnt.\DO "'' r 1\1 \ 319 nir de su Partido para oponérselc arriba de 100 hombres servibles aunque sin instrucción. El Presidente ele la Plata me repitió sus apu– ros; y el infame Rondeau quebrando el término de la suspensión de hostilidades a los seis días de haber llegado Rodríguez a su compa- 11ía se puso en marcha con todo su ejército para venir a ata– carme ejecutándolo en el puesto del :\larqués, el 14 de abril con mi primera avanzada que consistía <"n el Escuadrón 2º Cazadores, del mando del Teniente Coronel D. Antonio Vigil cuya fuerza de 200 hombres fue atacada por más de 700 de caballería enemiga, y un batallón de infantería haciendo Vigil sin embargo una defensa la más heroica, tanto para mantener su p uesto, como lo consiguió más de dos horas, como en su retirada de más de cuatro leguas siempre batiéndose con los enemigos aunque le quedó muy poca gente, pues perdió 7 oficiales, 1-!0 hombres de tropa, según se ve en su parte a f. (espacio en blanco) Cuaderno 2 °. Desempeñada la última obligación de un General y de un Ejér– cito y rodeado de más del cuádruplo de enemigos sólo me restaba hacer con las pocas fuerzas con que me hallaba, para que replega– das a un punto de mi espalda y reunidas con las guarniciones de Potosí, Chuquisaca y partidas volantes impusiesen al enemigo, y le detuviese en sus progresos sobre el Virreinato de Lima que era la primera atención de que estaba encargado por el Virrey. En consecuencia tomé el 16 de abril las disposiciones siguientes: Pasé la orden al Comandante General de vanguardia Coronel D. Pedro Antonio de Olañeta para que replegase sus inmediatas avanza– das al punto de Yavi donde se hallaba con los batallones del Cen– tro, Cazadores y Partidarios de Infantería, dos compai1 ías de l 2° Regimiento, 8 cai1ones de a 4, el Escuadrón 1° de Cazadores y los restos del 2º que le habían quedado a su Comandante Vigil después de la acción del 14; previniéndole al mismo tiempo que las más distantes como eran las de Santa Victoria compuesta de una compa- 11ía del Centro, y una partida de 30 hombres montados; y la de Tarija que contaba del Escuadrón de San Carlos, y algunos decidi– dos del país, se retiraran a toda prisa por el camino que salía a sus espaldas de Suipacha y punto que llaman Río Blanco encargando al Gobernador de Tarija, el Coronel Lavin, que la evacuase con todo lo perteneciente al Rey y protegiese la emigración de aquellos vecinos que qu isiesen salir al abrigo de las armas de su mando. Segunda en el mismo día 16 despaché a Lavin por diferentes puntos dos extraordinarios con la misma orden. Al Gobernador de

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