Memorias, diarios y crónicas

320 JOAQUIN DE L.\ PEZUELA Potosí Conde de Casa Real de J\loneda otra en el propio día, para que anticipase todas sus disposiciones a fin de evacuar la villa a mi primera orden con su guarnición, caudales y cuanto perteneciese al Rey, inclusas todas las piezas y operarios de la Casa de l\loneda, a fin de que no pudiesen los enemigos servirse de ella para acuñar. i\landé al Conde que sin perder instan tes despachase por diferentes caminos y conductos seguros el mismo aviso al Presidente de Chu– quisaca a fin de que estuviese igualmente prevenido para evacuar la ciudad a mi primera orden por el camino que le conviniese, según las circunstancias a unirse con la División del Coronel Velasco, y replegarse sobre Cochabamba, por lo que interesaba conservar aque– lla ciudad y cuanto territorio perteneciente a ella fuese posible; pre– vínele asimismo que comunicase al Gobernador de aquella ciudad de Cochabamba esta disposición para que redoblase su vigilancia. Al de Chayanta que se le viniese cuando el Conde estuviese en el pun– to más próximo a él, y al de Oruro que acopiase víveres y forrajes en todos los puntos de la comprensión de su mando para el Ejér– cito en su retirada y después de su llegada enviándole el itinerario del camino por donde se iba a ejecutar; finalmente despaché extra– ordinario al Señor Virrey de Lima comunicándole esta resolución, sus causas que las tenía anticipadas, y providencias tomadas pidién– dole al propio tiempo cuantos auxilios pudiese darme; porque de otro modo no podría ni permanecer en Oruro, y tendría que conti– nuar mi repliegue hasta el Desaguadero y permanecer allí difícilmente. Por el parte que recibí el 18 de la vanguardia supe que ésta venía caminando, y el enemigo en su seguimiento con una jornada, de distancia porque para tomarla mayor, salía de Suipacha a la ora– ción del día siguiente sin embargo de que llegaría a aquel punto a las dos de la tarde. En vista de esto y por extraordinario di la orden terminante– mente al Conde para que evacuase a Potosí a la mayor brevedad por el Camino Real hasta Oruro, y le envié una proclama para que hiciese saber a los habitantes de la villa que las armas del Rey pro– tegían a los que se acogiesen a ellas y los que no pudiesen salir por falta de salud u otros grandes motivos no serían considerados a mi vuelta como infidentes calificando la imposibilidad. Remití al pro– pio tiempo al Conde tres pliegos para el Presidente de Charcas to– dos de un tenor con la misma orden de evacuar aquella ciudad, y dirigirse a unir con la División de Velasco, y marchar a sostener a Cochabamba como se lo había prevenido antes, acompañándole una

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