Memorias, diarios y crónicas

l)J\IUO 101\L\1)0 E T l.Il\IA EXPEDICION DEL SEi'\/OR GENERAL D. JUAN RAMIREZ A CONTENER LA RE VOLUCION DEL CUZCO Y SUS PROVINCIAS 333 Queda dicho en el artículo [en blanco), que el estado del ejér– cito de mi mando en Suipacha a donde se replegó a fines de agosto de 814 desde Jujuy era el siguiente. 1.- Perdida la Plaza de Montevideo y la Escuadra del Rey, que la sostenía por mar, se hallaban los enemigos de Buenos Aires en disposición de enviar grandes refuerzos a su Ejército del mando de Rondeau, por unir muchas tropas en la banda oriental sin objeto en qué emplearlas (como en efecto se verificó auxiliando a dicho Ron– deau con cerca de cuatro mil hombres). 2.- Las Provincias de Potosí, Chuquisaca y Cochabamba vien– do el Ejército del Rey en la posición de Jujuy tan distante de ellas, empezaron a proteger el considerable número de caudillos situados en diferentes puntos de ellas, y éstos a hostilizar con tanta energía, que Zárate, Camargo, Navarro y Betanzos en el territorio de la pri– mera; Padilla y Humaña por el de la segunda; y Arenales y Lira por la tercera, protegidos de Warnes que mandaba en Santa Cruz, las estrecharon con más de ocho mil hombres de todas clases en disposición de que a pesar de haber tenido con las guarniciones de dichas tres capitales, y partidas sueltas que los perseguían innumera– bles encuentros, cada vez estaban más obstinados; y favorecidos de los traidores pacíficos que estaban entre nosotros; y los jefes de dichas provincias así como el Comandante General de ellas el Briga– dier Lombera, me pedían auxilios prontos y numerosos; protestán– dome éste no ser responsable de su cargo de otro modo. 3.- Los cuzqueños puestos en revolución el 3 de agosto [de 1814) con toda la tropa que allí tenían de su parte; presas todas las autoridades, y cuantos adictos conocían a la causa del Rey dispusie– ron con una actividad la más extraordinaria, tres expediciones. La primera a la orden de un Pinelo y el presbítero ~1uñecas, cura de la Catedral del Cuzco, con destino a tomar a Puno, Desaguadero y La Paz. La segunda a la orden del indio Pumacahua y un Angulo sobre Arequipa y la tercera a la de un Béjar y un Mendoza, sobre Huamanga y Huancavelica con miras de llegar hasta Lima. Pinelo reforzándose en su marcha entró en Puno sin oposición antes bien fue llamado de aquel Cabildo; aumentó su número siguió sobre el Desaguadero y el Coronel Revuelta que defendía aquel punto con

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