Memorias, diarios y crónicas

J)I \IUO Hlt\l.\DO 1".N l.lt\IA 335 tener tan cerca la sublevación, y dentro de sus murallas muchos adictos a ella que habían maquinado repetidas veces ponerla en el mismo estado que Buenos Aires y el Cuzco. 4. Para atajar esta formidable explosión que presentaba el más horroroso estado contra los fieles y verdaderos españoles, y con– tra el Ejército del Rey que se veía bloqueado por todas partes, no tenía el Virrey fuerzas en su capital con que oponerse siquiera a las que le amenazaban por Iluancavelica, por haber enviado las pocas que tenía del Regimiento de Talavera el 22 de julio a la reconquis– ta del Reino de Chile a las órdenes del General Osorio no obstante hizo el último esfuerzo desprendiéndose de unos cien hombres que le habían quedado de dicho Regimiento de Talavera algunos pocos más del Real de Lima; y a las órdenes del Teniente Coronel de aquél D. Vicente González, los envió sobre Huamanga. Huancavelica entró en su deber luego que se aproximaron. Huanta les ofreció sus auxilios y con efecto después se le reunieron más de 200 hombres decididos. González tuvo una acción en este punto en los días pri– meros de octubre, derrotó completamente a los insurgentes y mu– cha gente les mató tomoles su artillería, municiones y algunos fusi– les; entró en Iluamanga y aunque en varias salidas que hizo logró batir siempre a los enemigos hasta las inmediaciones de Huaylas, como todos los alrededores de la ciudad en bastante distancia esta– ban en revolución y reunidos todos los más de sus habitantes in– dios, no tuvo fuerzas suficientes para dejar guardadas sus espaldas y comunicación con Lima a fin de seguir adelante, por lo que quedó estancado en aquel punto. 5.- Lo preveí desde Suipacha todos estos sucesos porque esta– ba impuesto de la buena voluntad de todos los pueblos donde ocu– rrieron y de las escasas fuerzas y pocos adictos a la causa del Rey que había en ellos; y miré como único remedio de salvarlo todo el desprenderme en mis críticas circunstancias de mi segundo el Gene– ral Ramírez y de 1,200 hombres con cuatro piezas de artillería. Ramírez salió de Suipacha el 17 de setiembre reunióse en Oru– ro el 15 de octubre con toda la gente de su División. Atacó el 2 de noviembre en los altos de La Paz a los infames Pinelo y i\Iuñe– cas que con 10 cañones, cerca de 500 hombres de fusil y conside– rable número de indios y no indios, armados con lanzas, honda y pa)o, le presentaron batalla. Los derrotó completament..: matándoles muchos; haciéndoles porción de pns10neros, tomándoles toda su ar– tillería y municiones, y más de 150 fusiles. Entró en La Paz. El 3

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