Memorias, diarios y crónicas

336 JOAQUIN DE LA PEZUELA salió el 1° para el Desaguadero a donde llegó el 13 sin oposición alguna, porque los enemigos aterrados se habían dispersado y huido por todas partes incluso Pinelo y Muñecas. El 17 salió del Desagua– dero y llegó a Puno el 23, donde fue recibido de aquellos viles hipócritas con sumisión porque no tenían otro remedio. Emprendió su marcha desde Puno el 26 a recuperar a Arequipa y cuando se aproximó, cuando la abandonaron Pumacahua y Angulo saliendo al punto de Apo, esparciendo la voz a los habitantes de la ciudad de que iban a situarse en él para dar una batalla a Ramírez, aproximó– seles éste y huyeron cobardemente hasta Lampa y después a Ayavi– ri donde trabajaron mucho para hacer como lo hicieron una formi– dable reunión. Ramírez entró el 1° de diciembre en Arequipa, esta– bleció el orden. Puso de Intendente al Brigadier D. Pío Tristán. El Partido de Moquegua se volvió a la obediencia por contrarrevolu~ ción. El Partido de Chuquibamba prendió a los caudillos que le habían inquietado y los envió presos a disposición de Tristán, ofreciéndose con los mismos hombres armados que tenía, para ir contra los insurgentes como efectivamente lo ejecutaron. El partido de Tacna que empezó a titubear luego que Pumacahua entró en Arequipa; y más que sus habitantes, el Sub-delegado Antuar que era poco de fiar, se puso en quietud que hubiera perdido del todo, si la siempre fiel ciudad de Arica no se hubiera manifestado con toda entereza a favor de la causa del Rey; y toda la Provincia de Arequipa quedó en sosiego. El Señor Ramírez por las expresadas razones, por las muchas e incesantes aguas, y por vestir su tropa que iba desnuda se detuvo en dicha ciudad 61 días y salió de ella en busca de Pumacahua el 13 de febrero. Tropezó con él, en el punto de Ayaviri el 11 de marzo, pasó aquel formidable y caudalo– so río y aunque Pumacahua y Angulo tenían a la orilla opuesta más de 20 mil hombres de todas clases (su mayor número de in– dios con honda, flecha y piedra), 600 fusiles y 38 cañones, los derrotó absolutamente tomándoles toda su artillería, municiones, entre ellos Pumacahua que fue ahorcado en Sicuani, dejando el campo cubierto de cadáveres con la felicidad por su parte de no haber tenido mas que algunos heridos. Envió la cabeza de Pumaca– hua al Cuzco, y siguió sobre la ciudad. Esta, luego que supo la aproximación de Ramírez, hizo su contrarrevolución, y aunque el Angulo, compañero de Pumacahua y otro su hermano, fueron a ata– carla con las pocas fuerzas que el primero había reunido, se defen– dieron los de la ciudad; los batieron, persiguieron e hicieron prisio-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx