Memorias, diarios y crónicas

402 JUAN JOSE ALCON ciana. Se hallaron en este punto dos piezas de bronce, una de a 6 y otra de a 2: varias de estaño, de las que en otro tiempo fun– dieron los cochabambinos; alguna pólvora y otros efectos, cuyo inventario formado por el mayor Anglada, se entregó al nuevo co– mandante de este cantón el capitán don Santiago Giani a quien con cincuenta hombres de guarnición resolvió el General dejar en él para su resguardo, y para mantener la comunicación con La Paz y ca– rrera general. Se recogieron también en el mismo pueblo y sus estancias in– mediatas, varias especies que tenían ocultas los insurgentes, pertene– cientes al saqueo de La Paz; y habiendo sido aprehendidos los ofi– ciales Salinas y Gómez, que abandonando las banderas del Rey, se alistaron en las de los rebeldes, fueron juzgados y condenados por · una comisión militar a pena capital, que se ejecutó luego con la confirmación del General; indultándose y agregándose al ejército algunos soldados, que se presentaron voluntariamente después de haber servido entre los enemigos. Se recibió el correo de Potosí con cartas del cuartel general por las que se supo no haber ocurrido novedad especial, y quedar las provincias del tránsito en sosiego; y habiéndose presentado una diputación del Cabildo de Puno, dando parte de que los insurgentes habían evacuado aquella ciudad, que venía a someterse por su me– dio a las armas del Rey, se les contestó que éstas se posesionarían de ella. Con esta dirección se emprendió la marcha el 16, y con– tinuándose el 17 y siguientes por los pueblos de Zepita, Pomata, Juli, llave, Acora y Chucuito, se entró en Puno el 23 , habiendo hecho 52 leguas desde La Paz. En el tránsito por estos pueblos se había divulgado la noticia de haberse malogrado la expedición del mando del señor mariscal de campo don Francisco Picoaga en las inmediaciones de Arequipa; que después de haberse batido y hecho prisionero, se habían apode– rado de aquella ciudad los caudillos Pumacahua y Angulo; de cuyas resultas se habían declarado por la insurrección ~ loquegua, Chuqui– bamba, Camaná, y casi todos sus partidos ; y en efecto confirmó todo esto en Puno un oficial procedente del mismo Arequipa, que se había hallado en la acción del 10 de noviembre perdida por las armas del Rey; y traía de comprobante un papel escrito con lápiz desde su prisión por el expresado señor Picoaga, intendente ~losco­ so y otros jefes, en el cual pedían atención al General que, pospues-

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