Memorias, diarios y crónicas

DIARIO DE LA EXPEDICION DEL MCAL. DE CPO. JUAN RA!\llREZ 417 se hubieran atrevido a darle la cara, hicieron en este día a sus órde– nes prodigios de valor, y excedieron a los más acreditados. Teniendo el General en consideración la fatiga del ejército, y la profundidad e impetuosa corriente del río que nos separaba de los enemigos pensó acampar aquella noche a la falda de un cerro inme– diato; y reconociendo en el resto del día los mejores vados, em– prender el ataque en la madrugada siguiente. En este concepto se sentó el campo al pie del indicado cerro; colocándose la artillería para protegerle, y jugarla en circunferencia en su meseta o explanada: se despachó al teniente coronel lturralde, para que con la guerrilla ocupase unas rancherías situadas a nuestra izquierda, y se avanzaron dos piezas sobre la orilla del mismo río. Apenas se habían tomado estas disposiciones cuando el enemi– go comenzó a molestamos con su fuego de artillería tan obstinada– mente, que ya no podíamos contar con un lugar seguro. Las nuevas piezas fundidas en el Cuzco con el nombre de viborones tenían un alcance mucho mayor que las nuestras. Su línea se iba engrosando por momentos; y se había aproximado tanto, que se dejaban perci– bir sus voces, y sus insultos y desafíos; al paso que su numerosa caballería, dividida en diversos trozos, amagaba dejarse caer sobre nuestro pequeño campamento por todas partes; y reunida con un cuerpo de infantería de su derecha, había ya atravesado el río, y cargado a nuestra guerrilla, que se sostenía con firmeza contra un número muy superior, y un cañón que también la batía de cerca; por lo que fue preciso reforzarla con una compañía más. Al mismo tiempo que ésta salía para reunirse, se puso en mo– vimiento para atacarnos por la derecha otro trozo mucho mayor, contra el cual se despachó inmediatamente la primera compañía de granaderos del primer regimiento a las órdenes de su capitán el te– niente coronel don Manuel Venero la cual le contuvo por aquel punto, y obró hasta el fin de la acción con igual valor que suceso. Viendo el General empeñado el ataque sin recurso, y conside– rando que los enemigos podían envolvernos con su misma multitud, si se les daba más tiempo; se resolvió a romper de una vez con toda nuestra fuerza reunida contra su centro, pasando el río a todo trance. Con este fin se reforzó de nuevo la guerrilla de la izquierda, en donde habían cargado mucho los enemigos; y sin hacer caso de la artillería que era imposible transportar por el río; dejando una escolta en el campamento, mandó tocar al tambor el redoble de

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