Memorias, diarios y crónicas

432 JlJ,\N JOSE ALCON prevalecer contra la causa de la patria, cuya santidad pregona la nación y dicta la razón. Ya se ha visto pues que posesionado el noble Cuzco de ese impulso, confundió el 3 de agosto la temeraria porfía de sus opresores. La grandeza de aquel día sobrecoge mi espíritu, y paso ligeramente a manifestar la efusión de júbilo con que felicito a V. S. por su laudable obra dirigiéndome al auxilio de esos felices pueblos que con V. S. lo desean como estoy impuesto. Mis marchas habrían sido aceleradas, a no hanerlas impedido la precisión de confundir la débil resistencia del despechado Pezuela, que tocó el último desengaño, desalojándose del fuerte de Cotagaita, y demás puntos hasta poner mis tropas el actual sin columbrar más obstáculo. Nos estrecharemos recíprocamente para que nuestras banderas tan admirablemente colocadas en Montevideo, sean conducidas por mis tropas y las respetables del Cuzco a tremolar sobre las baterías del Callao, para que de oriente a occidente, y por los ángulos del universo aplaudan los nombres del Alto y Bajo Perú. Entre tanto vuelvo a saludar a V. S. oportunamente; conserve V. S. esa provincia como apetece nuestra causa común , sin olvidar que la sorpresa, o la lisonja suele trabajar por rehacer las quebrantadas cadenas. Dios guarde a V. S. muchos años. Cuartel general de Bartolo, 30 de octubre de 1814. Manuel Be/gra– no. Señor general del Cuzco don José Angulo. Es copia de su original. Cuzco, 20 de diciembre de 18 14.- Mariano Noriega, secretario de gobierno. Núm. 8 Declaración de Pumacahua. [Cuartel general en Sicuani, 1 7 de marzo de 1815]. En el cuartel general de Sicuani, a los l 7 días del mes de marzo de 1815: yo el auditor de guerra a mérito de la orden verbal del señor general en jefe don Juan Ramírez, mariscal de campo de los reales ejércitos, pasé a la prisión donde existía el insurgente caudillo Pumacahua, a efecto de tomarle su declaración en orden a los hechos criminosos de su insurrección de la capital del Cuzco, y excusando por la misma orden el que comparezca ante dicho señor general a prestar el juramento debido, se lo recibí a la cruz de su espada, y bajo su palabra de honor prometió decir verdad de lo que supiere, y fuere preguntado, y siendo con arreglo a los citados hechos, fue preguntado ¿quiénes han sido los caudillos que han fomentado la insurrección en aquella capital ideando u obrando, y cuáles eran sus intenciones? Dijo: Que los principales caudillos de la citada insurrección fueron en primer lugar José Angulo y un tal Prado, a quienes siguieron i\lariano y Vicente Angulo; que fue suscitada la revolución figurando la inexistencia del soberano, a quien lo tenían por muerto; y que a su mérito era conveniente defender la patria, la libertad y la independencia, a quienes proclamaron por principal objeto. Que a esta intención se ha declarado devoto todo el vecindario del Cuzco sin excepción de carácter, condición, sexo ni edad, que le es imposible designar particularmente por su numeroso vecindario; y responde. Preguntado ¿quién fue que mandó la decapitación del señor Picoaga y el intendente Moscoso?, ¿por qué motivo? Dijo: Que la decapitación de estos individuos fue mandada por José y Mariano Angulo, presumiendo que éste quería gobernar el Cuzco, es decir, que dicho señor Picoaga intentaba gobernar la ciu-

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