Memorias, diarios y crónicas

Dl.\IUO l)J L.\ EXPEDICJO DEI. l\ICAJ.. DE CPO. JU.\N R.\l\llHEZ 435 da sobre una colina prolongada que dominaba el campo a larga distancia, y su infantería y caballería defendidas por cortaduras y zanjas del terreno, y sobre todo por un sinnúmero de cercas de las chacras circunvecinas que les servían de parapeto. Estas dificultades, lejos de amilanar el espíritu de mis valientes tropas, irrito su ardimiento, y marcharon con asombrosa intrepidez contra el enemigo, a quien arrollaron en todos sus atrincheramientos, a pesar de su porfiado fuego de fusilería y artillería, y pusieron en fin en precipitada fuga después de más de dos horas de horrorosa carnicería. Comprendo que su pérdida en muertos y heridos pasa de mil y quinientos hombres; los prisioneros no creo bajen de 400; el número de fusiles que ha dejado debe ser proporcionado al de su gente; y nada ha podido salvar de su artillería y campamento. Esta brillante victoria ha debido costarnos sangre, aunque según las primeras relaciones que me han dado en globo los jefes respectivos, ha sido mucho menos de lo que era de temerse con respecto a la grande superioridad de los contrarios, a su obstinada resistencia, y a las ventajas de sus posiciones. Todos los cuerpos se han portado magníficamente; de manera que apenas ha habido alguno, a quien no haya tocado su vez de distin· guirse, y asimismo los comandantes de ellos y los primeros jefes del ejército. No me es posible hacer a vuestra excelencia en este momento el detalle de los muchos interesantes sucesos de esta gloriosísima acción, ni graduar las recomen– daciones y premios de tantos beneméritos individuos que han contribuido al éxito de ella; pues escribo en el campo de batalla y a las pocas horas de conclui· da; por cuya causa y precaver agravios me reservo el ejecutarlo puntual y circuns· tanciadamente en cuanto reciba los partes correspondientes, con remisión de un plano que dará a vuestra excelencia una completa idea de ella. Entre tanto repitiendo a vuestra excelencia que todos los cuerpos, jefes y oficiales, tropa y demás empleados en los diversos ramos del ejército se han portado extraordinaria· mente bien, espero será de su superior aprobación el que no quede uno que deje de llevar en un escudo de honor cuyo diseño remitiré a vuestra excelencia opor– tunamente, un testimonio de la parte de gloria que le ha cabido, sin perjuicio de otros mayores premios, a que se hayan hecho acreedores proporcionalmente. Dios guarde a vuestra excelencia muchos años. Cuartel general en el campo de Viluma, 29 de noviembre de 1815. - Excelentísimo señor. joaqu{n de la Pezuela. - Excelentísimo señor virrey marqués de la Concordia. Núm. 10. (O ficio del general joaqut"n de la Pezuela al uirrey del Perú, marqués de la Con– cordia J. [Cuartel general en el campo de Viluma, 29 de noviembre de 1815 J. Excelentísimo señor. :-<o he creído desagradar a vuestra excelencia ni con– travenir a la soberana voluntad del más generoso monarca, premiando sobre el campo de batalla en su real nombre, el eminente mérito que acaban de contraer algunos Jefes que más esencialmente han contribuido al brillante éxito de la gloriosísima que el ejército real de mi mando ha dado el día de hoy al de los rebeldes de Buenos Aires de que era general en jefe el titulado director supremo del gobierno insurgente de aquella capital José Rondeau; de cuyos felices resulta· dos instruyo a vuestra excelencia por mayor en parte de esta misma fecha. Estos,

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