Memorias, diarios y crónicas

458 l\L\NUEL PARDO Y RIVADENEil\A que resultará alguna economía a la Real Hacienda porque con menos número que el que habría de criollos habrá más seguridad, y se conseguirá insensiblemente que olviden un arte que en su apren– dizaje estuvo a pique de sernos tan funesta, poniendo particular estudio en que las guarniciones de las cap itales de Provincias sean poco numerosas, sin más armas que las que correspondan a sus Pla– zas, y que la verdadera fuerza esté en las primeras capitales, varian– do todos los años las guarniciones de las provincias y cada dos de las capitales, para evitar las relaciones que impidan y aun arriesguen el servicio; que los jefes primeros y los de Provincias sean nombra– dos con mucha circunspección; y que se dejen extinguir los regi– mientos de milicias de América, así disciplinados como urbanos, no proveyendo los empleos que vayan vacando y colocando en el ejér– cito a los americanos que lo merezcan. Este método si fuese de mu y larga duración a rruinaría la Me– trópoli, porque siempre se debería contar con que cada dos años regresaría una tercera parte menos de los europeos, que hubiesen venido, pero en el trascurso de qu ince o veinte se podría conseguir una alteración visible en los espíritus, particularmente si los prela– dos eclesiásticos seculares y regulares pusiesen el empeño necesario, aquéllos en formar pastores dignos y éstos unos súbditos que se desvíen poco de sus respectivos estatutos; encargando a los vicepa– tronos que en ninguna manera permitan que entren en el ministerio pastoral, los que por informes reservados que deberán preceder, no resulten adictos al gobierno español y capaces de inspirar a sus rebaños igua les sentimientos, con lo que a la vu elta del ya dicho tiempo se podr ían disminuir mucho las emigraciones militares de la Península, y aun llegaría el de que fuese bastante un regimiento en cada una de las capitales de los cuatro Virreinatos. Sin embargo si se aspira a la verdadera prosperidad de las Américas, y a que la :\Ietrópoli saque de ellas el provecho con que le convidan sus preciosos frutos considero necesaria la alteración del gobierno actual formando un sistema que sea constante, en medio de las forzosas variaciones de los primeros jefes; pero ese plan, ni corresponde a este papel, ni debería realizarse, hasta que no queda– se en ellas un enemigo del Rey con las armas en la mano. Lima abril primero de mil ochocientos deiciseis. .\lanuel Pardo.

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