Memorias, diarios y crónicas

J\IL~IORI\ SOBRE LA REVOLUCIO ' DE 1814 467 respetando mi autoridad; porque el fin de los citados ciudadanos era dejarme sin un escribiente solo que me aliviase en el trabajo, as í han sufrido, injurias, agravios, amenazas, estos fieles servidores del Rey que sacará Vuecencia por los mismos libelos famosos y recursos que se le habrán presentado sin escapar aun los magistra– dos, que los mismos escritos de Arellano autor del escrito de fojas primera tumultuario, y que su espíritu es oponerse a las autoridades atribuyendo despotismo sin dejar de agraviar aun las personas más sagradas, según verá Vuecencia del otro cuerpo de escrito y docu– mentos simples con que sus depravados intentos ha vestido: así es que siendo un reo criminoso que se confiesa él mismo logró con sus partidarios ser electo de Procurador Síndico contra lo prescripto por la misma Constitución que prohibe obtengan tales sujetos car– gos concejiles. La parte de plebe movida a la devoción de tales sujetos jacta– ba en sus ebriedades que saqueaban la ciudad en los días de Car– nestolendas, de suerte que el vecindario conmovido de terror escon– dian sus bienes, y aun se iban a las grutas, en cuyo estado tomé la providencia de protestar de rondar los ladrones, y con mis soldados del Regimiento de ;'l¡obles resguardé la ciudad, y se apagó aquel tu– multo para m1 muy premeditado por aquellos ambiciosos de gober– nar, en que era el objeto privar de la vida a mí mismo, los magistra– dos ) fieles vecinos. Burlados con esta providencia valióse el Cabil do instalado de la desatenta obra de llamarme a tomarme cuenta, porque había usado de aquel modo de rondar, a que contesté co– mo debía. Excelentísimo señor, no quisiera exponer a su superioridad las amarguras, desaires y sonrojos de que me ha llenado este nuevo Ayuntamiento, porque mi moderación, mi buen modo d e pensar me estorban; ya se dice en este pueblo que Vuecencia con disimulado pretexto me ha quitado el Gobierno, que para mí ha sido de sumo gozo, pues me liberto de acechan zas de tantos hombres, injustamen– te perseguidores míos y aun los inocentes que me han acompañado por atención a mi persona y autoridad. Finalmente el mismo proceso impondrá a Vuecencia mi ánimo quieto ) bit'n acordado, y muy derechamente dirigido: sabrá aten– der por el dcsagra\ io y satisfacción de un vasallo que no se ha pa– rado en medrar intereses, mucho menos que descansado en su casa haya sólo cuidado de la conservación de su \ida: la he puesto en peligro em inente de perderla; y le protesto que saldré a guardar el

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