Memorias, diarios y crónicas

... Hacia mediados de julio el comodoro Brown, molesto todavía de su herida, regresó a Buenos Aires dejando la escuadra en Monte– video para embarcar la artillería, provisiones, etc., que debían ser transportadas a la capital. Llevado a cabo este servicio, ella fue liquidada (la rendición de Romarate volvía innecesaria en adelante su existencia), exceptuando los barcos menores que fueron destina– dos a operar contra orientales y santafecinos quienes a poco de Ja caída de Montevideo entraron en abierta hostilidad contra Buenos Aires. Como testimonio de su gratitud y en recuerdo de los impor– tantes servicios prestados por el comodoro Brown en la toma de ;..tontevideo, el gobierno le donó la Hércules (en apéndice 6 se encontrará la carta del ministro de guerra y marina informándole de esta determinación). Poco tiempo después (en mayo había sido pro– movido al rango de coronel efectivo de línea) fue nombrado co– mandante general de marina, destino en el que continuó hasta su salida a la expedición de los mares del Sur. En ese intervalo, la guerra civil que había atizado en la Banda Oriental don José Arti– gas y sus secuaces había cundido hasta las más remotas provincias; el coronel Dorrego, que mandaba un considerable cuerpo de tropas de Buenos Aires, se dejó imprudentemente llevar a una situación desventajosa, en región remota del territorio, y fue completamente derrotado; esto obligó al general Soler, que estaba con poca tropa en las orillas del río Negro, a replegarse sobre ~lontcvideo , dejando a los orientales dueños del país. El gobierno de Buenos Aires, vien– do que no había esperanzas de conciliarse ni de vencer a Artigas, determinó concluir con las guerras civiles y disensiones evacuando a .Vlontevideo, lo que llevó a cabo en marzo de 1815.

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