Memorias, diarios y crónicas

494 GUILLERMO BROWN En mayo estalló en Buenos Aires una revolución, que tenía por objeto derrocar al general Alvear, entonces Director Supremo; los habitantes aprovecharon la ausencia de este general, que estaba acampado en Olivos, a tres leguas de la ciudad, con el ejército des– tinado contra Santa Fe, se reunieron con sus magistrados y lo depusieron, nombrando en su lugar al general don José Rondeau; pero, estando éste ausente con el ejército en el Perú, se nombró interinamente al coronel don Ignacio Alvarez. Siendo el principal objeto de esta revolución la pacificación de las provincias hermanas, la guerra civil cesó por el momento y el gobierno de Buenos Aires pudo así dirigir sus miradas a otros asun– tos, de los que el principal era adelantar por todos los medios posi– bles la gran obra de la revolución. Con dicho objeto se determinó enviar al comodoro Brown al Pacífico, con una pequeña escuadrilla, para operar contra los espa– ñoles y proteger y estimular cualquier tentativa de revolución por los naturales contra el gobierno español; al mismo tiempo se prepa– raba otra expedición, que algún tiempo después cruzaría los Andes y libertaría a Chile, bajo las órdenes del general San Martín. Con aquel propósito, el gobierno dispuso pues preparar cinco buques; pero de repente se dieron órdenes de suspender su equipo y todo nuevo gasto por el momento, con gran disgusto de los refugiados chilenos. Estos patriotas, que habían comprado una hermosa goleta americana, poniéndola a las órdenes del capitán Oliver Russell, acu– dieron en busca de ayuda al comodoro Brown, quien, con su Hér– cules recién reparada y forrada en cobre nuevamente en la Ense– nada, estaba sin duda muy indicado en ese servicio; y deseando Brown ayudar cuanto pudiera a la causa de la independencia en general, pidió al gobierno que le prestara el bergantín Trinidad, ofreciendo sus servicios en favor de Chile a condición de facilitárse– le este buque, el armamento necesario para ambos, cincuenta sol– dados de marina y la suma de cuatro mil pesos para la ayuda de gastos. El Director Supremo Alvarez accedió al pedido y se hizo un arreglo ventajoso así para el gobierno como para los operadores. (Ver Apéndice No. 7) De acuerdo con esto, la Hércules, montando 20 cañones y 200 hombres, y el bergantín Trinidad con 16 cañones y 130 hombres, diéronse a la vela, llevando provisiones para seis meses, el 15 de setiembre de 1815; mandaba al primero W. D. Chitty, y al último el capitán ~liguel Brown, hermano del comodoro; éste izaba en la

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