Memorias, diarios y crónicas

[ADVERTENCIA En la presente edición sólo reproducimos un largo fragmento de la intere– sante Memoria del coronel Juan Isidro Quesada, ya que de ella sólo tomamos la parte que más directamente interesa a la Historia de la Independencia del Perú que debemos indicar, es más de la mitad del texto , esto es, desde la batalla de Viluma, ocurrida en territorio de la actual Bolivia, el 29 de noviembre de 18 15, en la que el infantil teniente Quesada es tomado prisionero, hasta el día en que ingresó en tal condición a la fortaleza de l Real Felipe, en el Callao, el 11 de febrero de 1816. IIemos suprimido la parte inicial, en la que se nos da razón de que Quesada nac10 en Buenos Aires el 26 de junio de 1802; muy niño recibió el título de cadete, como una merced real; fue dado de alta en filas antes de cumplir los doce años, de donde resulta que, cuando fue hecho p risionero, no obstante su grado de teniente 29 , no alcanzaba a tener catorce y medio años de edad. Dejó su condición de p risionero el 3 de mayo de 1821, al ser canjeado, reingresando a filas en el Ejército Unido Libertador, comandado por el Liberta– dor José de San Martín, y al batallón No. 8 del Ejército de los Andes. Hizo toda la guerra de la Independencia del Perú, contándose entre los vencedores de Junín y Ayacocho. Lamentablemente sus Memorias, al menos la parte de ellas que conocemos, se interrumpen el 11 de febrero de 1816. Para nosotros tiene especial importancia el testimonio de Quesada, pues da una prueba cabal del patriotismo peruano, de quienes lo acogieron con cálida amistad en su peregrinaje como prisionero en las tierras del Sur del Perú. Es her– moso el emocionado recuerdo que hace de la ciudad de Moquegua. Junto con estas Memorias, como complemento de las mismas, publicamos una carta de otro prócer de nuestra Independencia, el argentino Jerónimo Espejo y una relación de prisioneros patriotas de la Casas-Matas del Real Felipe confec– cionada por Quesada. ]

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