Memorias, diarios y crónicas

550 JUAN ISIDRO QUESADA lias los creían muertos en Buenos Aires, como Pelliza, Díaz, !barra, Noya, Prudan, Segovia y otros muchos que allí hallé y que sería muy largo el nombrarlos, pues eran cuarenta y tres los hijos de Buenos Aires que estaban prisioneros. [CARTA DE GERONIMO ESPEJO AL CORONEL JUAN ISIDRO QUESADA, CON REFERENCIA A LOS PRISIONEROS PATRIO– TAS ENCARCELADOS EN LAS CASAS-MATAS, DEL CALLAO.] [Buenos Aires, lo. de octubre de 1867]. Señor coronel don Juan Isidro Quesada. Presente. Mi querido amigo y antiguo compañero de armas: Tres poderosos motivos me mueven dirigirme a ti, por escrito, en esta vez: el uno, que conozco lo mortificante que te es el pade– cimiento de los oídos, mientras más grata sea la materia de una conversación; el otro, que el asunto de que voy a hablar juzgo que debe serte agradable, por cuanto tiene enlaces con la primera época de tu vida militar; y el último, que siendo histórico, como ya com– prenderás, no es como para ser tratado de silla a silla y en pocas palabras. En este concepto, me has de permitir que haga uso de la confianza que me dispensa tu amistad más de cuarenta años ha, y que sin más preámbulos vaya al objeto. En días pasados, hojeaba el Album de Ayacucho, obra publica– da en Lima, en 1862, en procura de datos para unos artículos his– tóricos de que me ocupo y llamó mi atención la lista de jefes y oficiales prisioneros de Casas-Matas, que inserta en la página 187, entre otros documentos que dice legar a la posteridad. Me puse a examinarla como no lo había hecho otra vez, y recién advertí, que, por más prolijidad dedicada a la obra y no pude menos que reco– nocérsele por los documentos compilados; se hace la inserción de esta lista, sin exordio, sin exposición de su procedencia, ni más que un ligero encabezamiento: omisión que no extraño por más que la abulte la susceptibilidad de un argentino, que sepa como sabemos, que si esos mártires arrastraron las cadenas del cautiverio y sufrie– ron con resignación toda clase de miserias, crueldades y vejaciones, calificados de rebeldes, insurgentes contra su rey y señor, fue por alcanzar para el Perú la libertad que ellos perdieron en los comba– tes: empero, sin afectarme por eso, ni por leer más adelante los

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