Memorias, diarios y crónicas

82 FRANCISCO JAVIER MARfATECUf nuestros. Las Heras replicaba a todo y demostraba que semejantes excusas eran sin fundamento, que la tropa estaba abrigada, que él tomaba capotes y frazadas a los enemigos, que recogía armas, que los soldados de la Patria estaban listos para marchar y batirse, que no había tal cansancio, que la parada de Canterac en puntos ventajosos ni era factible ni realizable y que en caso de que hubiera podido verificarse, lo habría sabido y frustrado con oportunidad evitando todo paso difícil y preparando una segura retirada. Conclu· yó Las Heras sus reconvenciones repitiéndole la máxima sentada en El Pacificador: "los enemigos mayores de la América no son los españoles, sino las ideas exageradas de libertad", (v) (exageración que a su juicio consistía en querer que no se proclamase la República, pretendiendo que la guerra fuese en adelante un preser– vativo contra el influjo de las antipatías locales). Volvamos ahora al propósito y a la materia principal. Del segundo acápite del preámbulo que del decreto hemos copiado y glosado, no se deriva esta consecuencia: yo debo asumir el mando con el nombre de Protector. Continúa el decreto. "Espero que al dar este paso se me hará la justicia de creer que no me conducen ningunas miras de ambición, sí sólo la conve· niencia pública. Es demasiado notorio que no aspiro sino a la tranquilidad y al retiro después de una vida tan agitada, pero tengo sobre mí una responsabilidad moral que exige el sacrificio de mis más ardientes votos". Disculpa y sólo disculpa, que nos hace conocer que no tenía San Martín conciencia de que obraba bien; que él estaba penetrado de que el paso que daba no era conforme con el querer de los peruanos, cuyas opiniones estaban bien pronunciadas. Prosigue el decreto: - "La experiencia de diez años de revolución en Venezuela, Cundinamarca, Chile y Provincias Unidas del Río de la Plata, me ha hecho conocer los males que ha ocasionado la convocatoria intem– pestiva de Congresos, cuando aún subsistían enemigos en aquellos países; primero es asegurar la independencia, después se pensará en establecer la libertad sólidamente". (w) En donde el General San Martín y sus consejeros veían la causa de las revoluciones, no la encontraban los patriotas. Estos creían que los males a que aludía ({v) Esta cita no es literal sino muy compendiada. ] [(w) Esta cita es casi textual. ]

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