Memorias, diarios y crónicas

ANOTACIO ES A LA lllSTORIA DEL PERU INDEPENDIENTE 83 el General tenían su origen en los mandatarios que qu1s1eron gober– nar a su antojo y que violaron todas las garantías y que pretendie– ron hacerse superiores a la voluntad nacional y la contrariaron por todo medio violento. Pronosticaron también los males que produci– rían los militares que la necesidad de la guerra obligaba a crear, y a quienes los mandatarios corromperían haciéndoles entender, no que eran ciudadanos armados en defensa de la independencia, sino amos y pretorianos a quienes todos debían obedecer. Los mandatarios fueron la causa de las revoluciones que se sucedieron en el Pe rú, lo que espero probar si continúo estos trabajos. El mal estuvo en querer mo narquizar el país, y por eso fue que se prolongaba la guerra y se trataba de que hubiese para ello pretextos y por esto no se acabó con el ejército que se retiraba. Sigue el decreto:-"La religiosidad con que he cumplido mi palabra en el curso de mi vida pública, me da derecho a ser creído y yo la comprometo solemnemente a los pueblos del Perú, ofrecién– doles que haré dimisión del mando, para hacer lugar al gobierno que ellos tengan a bien elegir. La franqueza con que hablo debe servir como un nuevo garante de la sinceridad de mi intención. Yo pudiera haber dispuesto que electores nombrados por los ciudadanos de los departamentos libres, designasen la persona que había de gobernar hasta la reunión de los representantes de la nación perua– na; mas como por una parte, la simultánea y repetida invitación de gran número de personas de elevado carácter y decidido influjo en esta capital, para que presidiese la admi nistración del Estado, me aseguraba un nombrami ento popular; y por otra había ob tenido ya el asentimiento de los pueblos que estaban bajo la protección del Ejército Libertador, he juzgado más decoroso y conveniente el seguir esta conducta franca y leal, que debe tranquilizar a los ciudadanos celosos de su libertad". (x) Todas estas frases no son otra cosa sino disculpas y defensa personal de un hombre que quiere alucinar, que tiene conciencia de que su procedimiento no está confo rme, ni con la voluntad bien manifiesta de los patriotas, que lo eran todos los pueblos, ni con las instrucciones del gobierno chile– no, que le confió el mando de la expedición. Ilay también su parte de superchería, cual es la que se refiere a respetables y simultáneas invitaciones de gran número de personas de elevado carácter. Esa es una ficción; debieron hacerse públicas esas invitaciones. ¿Por qué [(x) Esta cita es casi textual, con transposiciones de menor importancia.)

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