Memorias, diarios y crónicas

ANOTACIONES A LA HISTORIA DEL PERU INDEPE DIE TE 91 salía para ver lo que era, cuando un gentío inmenso se presentó pidiéndome armas para resistir a los enemigos. Se les había asegura– do que en palacio existía un depósito dejado por La Serna al evacuar la ciudad. El hecho no era cierto, pero contradecirlo y tratar de convencer a un pueblo fuertemente impresionado, era una temeridad. Investigué lo que había de cierto, si existía ese almacén y ese supuesto depósito de armas. Verdad era que existía el alma– cén, pero no tales armas, y los del pueblo se convencieron de ello cuando derribaron la puerta y encontraron sólo unas docenas de guadañas depositadas y desembarcadas de un buque inglés contra– bandista apresado, y que como inútiles o desconocidas no habían sido vendidas. Los hombres dejaron la casa del Gobierno y salieron en busca del enemigo, que suponían estaba por la caja del río. Encontraron que los supuestos españoles eran vecinos del valle de Lurigancho, hacendados y esclavos de las haciendas que venían a resistir a los invasores. Personas que vieron los grupos que venían descendiendo, los creyeron enemigos y difundieron el alarma, que en pocos minutos se hizo general en la ciudad. En la anterior anotación ya tengo referido lo que pasó Y es inútil repetirlo aquí. Canterac no bajó, como lo supone el autor, a proveer de víveres a los castillos; no los traía ni podía traerlos; los animales arreados habrían sido quitados; para quesos y papas no tenían bestias de carga; en los campos no las había; puesto que en la costa en dos meses no hubo tiempo para que los hacendados hubiesen podido surtirse de los ganados que necesitaban, ni había sementeras que cosechar, como lo sabían muy bien el Virrey Y sus jefes. Canterac vino a sacar la guarnición y todo el armamento que pudiese. Dejaron a La Mar con la seguridad de que le era imposible sostenerse y que tenía que capitular. Cuanto se refiere de que quedó desengañado de que no podía proveer de víveres a los castillos, es una equivocación, como lo es también lo de que se le pasaron más de 30 oficiales y más de 500 soldados. Esos pasados Y esos tomados fueron los que los montoneros recogieron, después. del hecho de Lord Cochrane y de Ja dispersión que los enemigos sufrieron. Antes no hubo un pasado, y al contrario, las avanzadas realistas se batieron con dos compañías de los cívicos de esta ciudad, que al mando del Capitán D. Juan Francisco Izcue estaban en observación en las inmediaciones de Bellavista y con la orden de retirarse. Pero el denodado oficial se sostuvo en su puesto más tiempo del debido y tuvo que retirarse batiéndose con denuedo Y

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