Memorias, diarios y crónicas

92 FRANCISCO JAVIER MARIATEGUI arrojo y llegó a ponerse en salvo, habiéndose cubierto de gloria. Este hecho merecía que no lo olvidase el autor. Sobre la persecución del enemigo por Las Heras, ya tengo expuesto lo conveniente en la anotación anterior. Al retirarse Canterac, tenía seguridad completa de que La Mar capitularía y esto lo sabía perfectamente el General San Martín; así nadie dudó de una pronta y honrosa capitulación, en que se concedería a La Mar cuanto exigiese porque se le quería complacer. El gobernador del Callao capituló, pues, habiéndose dado por pura fórmula los pasos que indica el autor. No es exacto que Lord Cochrane hubiese tratado de que La Mar capitulase con él, ni podía exigirlo . Cochrane quería que la plaza capitu lase, pero con el General San Martín. Todo lo demás es falsedad inventada por los enemigos del Almirante. Aquí terminaría esta anotación si el autor no hubiera escrito lo que copio: "La Mar se había manejado con toda la honradez de un soldado que conoce lo sagrado de sus deberes; pero como en su corazón abrigaba la causa de la América, no creyó conveniente conservar por más tiempo los honores y empleos que había recibido del gobierno español; los renunció todos; los puso en manos del Virrey y se retiró a la vida privada, hasta que el transcurso de algún tiempo le permitiera servir a la Patria sin mengua de su honor". {A) Yo quiero en obsequio a la justicia y a la amistad, ser más extenso sobre este suceso. Conocía San Martín al General La Mar desde la Península; estaba instruido de su honroso proceder y al cabo de lo que val ía como militar y como ciudadano, y dispuso por esto, para ganar para la patria un hombre cual La Mar, que se le extendiera el despacho de general de división, equivalente al de mariscal de campo que obtenía en las filas realistas. Supo La Mar que se adoptaba esta medida, por aviso de D. Juan Berindoaga que había servido antes bajo sus órdenes. La Mar entonces se dirigió a la casa del Gobierno, se abocó con el General, le rogó que suspendiese la orden, que lo esperase; y le ofreció que serv1na a su tiempo. No pudo San Martín vencer la resistencia de La Mar y el despacho no fue extendido . A los dos días de esto escribió La Mar a San Martín pidiéndo– le un o ficial trotad or , para que como parlamentario fuese al Cuzco [(A) La cita es casi literal. Véase Paz Soldán,op. cit., pág. 210.)

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