Memorias, diarios y crónicas

162 JOSE MARIA AGUIRRE nieves de su cima, despreciando la muerte y los horrorosos precipi– cios de aquel tránsito tremolaron por primera vez el pabellón argentino sobre las mayores elevaciones del globo. Esta memorable jornada excedió en magnitud a la de los cartagineses, cuando a las órdenes de Aníbal treparon los Pirineos Y los Alpes. Los argentinos en posición más eminente aún que la de las nubes que cubren la corona de aquellos cerros, miraron a sus pies los quebrados campos de Putaendo y de la Guardia. Allí vieron entre torcidos desfiladeros a los enemigos que les disputaban el paso. Descendieron con rapidez sobre ellos y en ambos puntos los cargaron, los arrollaron y persiguieron con la bayoneta y el sable, quedando las huellas por donde huían sembradas de cadáveres. Llegaron a los frondosos valles de Aconcagua y sin detenerse ni dar al cuerpo el preciso descanso marcharon con velocidad a Chacabuco, donde el ejército real reunido los esperaba acampado. Se miraron de improviso ; los pechos se inflamaron; el patriotismo se exaltó; un fuego horroroso se rompió por ambas partes; el humo oscureció el aire; la artillería tronó en los cerros con espanto; el campo fue un teatro de muertes y de estragos. La carnicería siguió, y los libres dando un iviva la Patnºa! se arrojaron en masa con la bayoneta a la carga. Los españoles huyeron...(1). La caballería los despedaza; y pisando sus cadáveres entró el ejército triunfante en Santiago. Los chilenos llenos de admiración ven a sus libertadores como a los genios tutelares de América. Vosotros (les dicen) sois más enérgicos que los romanos, cuan– do César, porque llegasteis, visteis, vencisteis y rompisteis nuestras cadenas. El enemigo poseído de pavor y de espanto sólo procura salvar sus restos, refugiándose en la provincia de Concepción de Penco. El ejército vencedor guarda su disciplina y su moral, pero no logra el descanso. Sigue parte de él inmediatamente sus marchas a la cam– paña del sur para completar la independencia del país. Entonces se emprendió nueva jornada pasando el Maule (2). Ya habían sido reforzados los batidos y continuaban su retirada en (1) Esta batalla fue el 12 de febrero de 1817. (2) Este río es rápido y caudaloso. Divide la provincia de Santiago de la de Penco.

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