Memorias, diarios y crónicas

CAMPAÑAS DEL EJERCITO DE LOS ANDES 169 parte de sus fuerzas. Los castillos se rindieron entonces por capi– tulación. El ejército había sufrido una baja notable en sus primeros soldados. Los más eran muertos por el clima malsano. Se trató de aumentar la fuerza de los regimientos con reclutas del país, y crear otro nuevo ejército para el Perú, sobre las bases de los veteranos. Esto fue desmembrar el de los Andes de sus antiguos guerreros. Ya los verdaderos argentinos sólo existían en cuadros: pocos eran los veteranos que habían quedado. No obstante se emprendió otra campaña sobre Quito. Marchó una división a Guayaquil; se reunió a otra colombiana y ambas marcharon a concluir con el resto de los tiranos, que existían en el territorio de Colombia; se encontraron las caballerías en Río Bam– ba. Los valientes argentinos aunque en número menor se fueron a la carga, pusieron en derrota a los enemigos y en más de dos leguas los acuchillaron. Las columnas siguieron y en Pichincha hallaron las tropas realistas que los aguardaban. La acción fue formidable: el fuego era más devorador que el que despedía allí el Chimborazo (1). Los españoles cedieron al fin rindiéndose prisioneros. El mediodía quedó libre, y Quito vio entrar a sus libertadores triunfantes. Otra división se dirigió al Marañón por Trujillo hasta el Mai– nas. Atacó sobre su marcha los destacamentos españoles en Río Negro, la Rioja y la Habana, ocupando en aquella provincia la capital de Mayobamba. De este modo desapareció el poder español en el norte del Perú. Los argentinos vieron cumplido en esta parte el juramento que hicieron al pie de los Andes. Habían llevado la libertad hasta la línea meridional, y más allá no existía ni un solo tirano en el suelo de Colón. Lima y la mayor parte de sus provincias estaban libres. Se declararon en un Estado de las fracciones de América; juraron su independencia de la dominación española bajo la protección del ejército; constituyeron un gobierno republicano; y los libertadores continuaron entonces como auxiliares. Los españoles ocupaban el Cuzco y el Alto Perú. Era preciso concluirlos para completar la emancipación de la (1) El Chimborazo es el cerro más elevado del mundo. Tiene continua– mente ardiendo un volcán.

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