Memorias, diarios y crónicas

8 FRANCISCO JAVIER MARIATECUI fue el móvil de sus acciones. ¿y qué logró con la guerra? Que se sofocase la revolución de Quito con las fuerzas que a esa provincia llevó el sobrino del Regente; que manchase el honor español con los asesinatos que los españoles cometieron el dos de Agosto; que la revolución cundiera en el Virreinato de Santa Fe; que las fuerzas que invadieron a las provincias del Río de la Plata no pudieran llegar a Salta; que si Osorio ocupó a Chile, un ejército argentino al mando de San Martín y en el que venían los chilenos emigrados, se preparase a libertar a nuestros vecinos, como lo verificarnn a princi– pios del año de 1817 y cuando Pezuela acababa de hacerse cargo del Virreinato. Abascal no fue prudente, ni sofocó la revolución y si ésta no estalló antes en nuestra patria, fue porque Lima era el empo rio de las fuerzas enemigas, porque aquí tenían todos los elementos de guerra y porque cuantos movimientos se intentaron, otros tantos fracasaron . El plan de Arredondo, de que se hacía alarde, y de que se hablaba públicamente en ese tiempo, era infernal y maquiavélico para unos, y de ninguna consecuencia para otros ; y de este modo lo consideraba el general Villalta, patriota. Por nuestra parte, cada vez que los patriotas de aquel tiempo hemos visto lo que pasaba y la facilidad con que bajo el pretexto de mejora son seducidos los pueblos, nos alegramos de que el Virrey no hubiese adoptado el dictamen del Regente de la Audiencia. Lo cierto es que Abascal no lo siguió; no por convicción, no por creer que la guerra convenía a la España, sino po r no ser acusado en la Corte de parcial con los insurgentes o con la usurpa– ción de Bonaparte. Prefirió la guerra a la paz; derramar torrentes de sangre de un extremo a o tro de la América del Sur, a cicatrizar heridas; hacer verter amargas lágrimas, en vez de enjugarlas; y preparar odios y venganzas, en lugar de crear simpatías y estrechar Jos vínculos de unión entre españoles y americanos. Obró sin previsión y sin cálculo, y levantó un muro de separación, a que han dado mayor espesor los pérfidos Mazarredo y Pinzón.

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