Memorias, diarios y crónicas

ANOTACIONES A LA HISTORIA DEL PERU INDEPENDIENTE 15 que él tenía planes distintos pero seguros; que triunfaría la causa de la independencia, pero ayudado por los patriotas. Exigió que éstos tratasen de seducir a los soldados en las filas de los españoles, y casi dio a entender, que si daba una batalla campal el éxito no sería favorable. Instruidos los patriotas de esta determinación, hubo algunos que se disgustaron con lo que ellos llamaron injustas desconfianzas de San Martín, y otros le creyeron y trataron de seguir el plan que les indicaba. o todos podían trabajar juntos; era preciso dividirse en bandos o grupos cuyos jefes se veían y comunicaban sus traba– jos. Cuando había necesidad del concurso de muchos, se reunía a los que debían emigrar y pasarse, y se hacía salir de sus escondites a los que estaban ocultos, para tenerlos listos a una misma hora y hacerlos marchar. Y esta medida sobre conveniente era necesaria; de otra manera los agentes españoles nos habrían descubierto. Tres eran las principales fracciones en que se dividieron los patriotas. Un grupo estaba capitaneado por los señores D. Fernando López Aldana, bogotano, y por D. Joaquín Campino, chileno, y esta fracción era denominada la de los Forasteros. Otro lo fue por O.José de la Riva Agüero, perteneciendo a él D. Manuel Pérez de Tudela y algunos pocos miembros del Ayuntamiento. El tercero, denominado el de los Carolinos, más numeroso, más decidido y menos temeroso a los riesgos, era compuesto de la juventud de aquel tiempo. Han muerto casi todos, y sólo dos o tres viven. A él perteneció el Dr. D. Julián Morales, aunque no fue carolino, cura que fue de Huaraz, indígena, y cuyas acciones parecerán increíbles por su arrojo . En otros lugares tendré ocasión de hablar de él. Trabajaron estos grupos en reducir a la oficialidad americana, para disponerla a hacer lo que el " umancia"; pero sus trabajos fueron estériles; los oficiales americanos que tenían relación con los patriotas eran mal vistos y espiados, y sus más insignificantes acciones mal interpretadas y denunciadas. En el cuerpo en que más se avanzó en este sentido fue en el batallón "Cantabria" mandado por un Cevallos, que después casó con una hija de Pezuela. Los oficiales que trabajaron con más celo y eficacia fueron La Rosa y Taramona y los dos hermanos Castro, los que tuvieron que ocultarse y pasarse. Fue necesario entonces ocurrir a trabajar sobre el soldado, y varios se dedicaron a esta arriesgada empresa. Merece entre otros el ser recordado Pablo Sala– zar : hablaba como indígena el quechua, y la mayoría de los

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