Memorias, diarios y crónicas

26 FRANCISCO JAVIER MARIATECUI lo quitarán los españoles, y en una quebrada, en un mal paso pueden ser destruidos". Pero ninguno de estos fundados temores se realizó; y Arenales recorrió grandes distancias con un puñado de hombres, rodeado de enemigos y batió a O'Relly, el primero y único que se le acercó y con su triunfo infundió a los enemigos gran desaliento. Escrito estuvo en el libro del destino que el Perú había de ser independiente y la expedición no fracasó. Los enemi– gos ignoraban la marcha de Arenales, su fuerza y sus planes, mientras que éste todo lo sabía. Los peruanos le daban cuantas noticias podían interesarle, le proporcionaban recursos y su marcha fue en todas partes seguida de ovaciones. El segundo plan que sosten ía Riva Agüero no fue seguido por lo expuesto. La marcha, además, no podía tampoco ser precipitada; había necesidad de buscar municiones para que llevase el batallón y ento nces había que hacer los cart uchos, pues los patriotas no estábamos todavía en relaciones con un sargento español, que tenía entrada en los alma– cenes del cuartel de artillería cuyas llaves creo que tenía, y que nos vendía los cajones que necesitábamos, pagándolos como quería el vendedor. A propósito de la marcha de Arenales, referiré un hecho que bien merece un lugar en estas anotaciones. Al embarcarse San .\ lartín para lluacho, y al marchar Arenales para la sierra con su fuerza, empezaron los enemigos a levantar la cabeza. Un español nombrado Urías, escribió por un propio dirigido a Pisco a o tro español, Qu intana, dándole noticia de todo y de los pasos de los patriotas, para que los enemigos nuestros, sus paisanos, lo supiesen. Quintana mandó el propio a Lima con las cartas de Urías, de O. Juan J osé Salas, que se mostraba arrepentido de haber recibido comisión de San Martín, del propio Quintana y de o tros. Al entrar el correo por la portada de Cocharcas, se encontró con un pariente que vivía por las inmediaciones. Entablada por éste conversación sobre el objeto del viaje supo que traía pliegos para el Virrey. Patriota el vecino de Lima, persuadió a su pariente que hacía mal en servir a los enemigos, lo agasajó, y consiguió q ue llevase las cartas a D. Juan Bautista Bolívar, colegial entonces del Convictorio, y que prometiese seguir el consej o que éste le diera. Patriota, Bolívar, y oriundo de lea, obtuvo que el propio quedase en Lima, mudándose el nombre, lo colocó en casa de patriotas y logró que entregase al autor de estas notas la correspondencia, que abierta y

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