Memorias, diarios y crónicas

ANOTACIONES A LA HISTORIA DEL PERU INDEPENDIENTE 27 leída fue mandada a San Martín para su conocimiento. (4) El plan de que "Numancia" se pasase al ejército libertador, fue pues el que se adoptó, y si no pudo ser en Chorrillos, lo ejecutaron y realizaron en Chancay. La antevíspera de que los buques de la escuadra se presentasen en la bahía indicada, fueron sorprendidos y llevados al Callao siete de los oficiales subalternos comprometidos, cuya falta fue irrepara- 4. Al hablar el autor de Salas dice en la pág. 126: "lea y su gobernador D. Juan José Salas se manifestaron hostiles a la causa de la "Libertad", y contribu– yeron a la retirada de Aldao y sus desastres consiguientes". (g) Yo he referido lo que hubo sobre Salas, y me explicaré ahora más claro. Este iqueño no fue godo ni patriota, fue de aquellos que van con la gente por donde sopla el viento, y de quienes con gracia escribía Arriaga: Pero hombre, todo no ha de ser Numancia; La constancia es virtud, pero algo rancia: Yo en este género de esgrima Me pongo al lado del que cae encima. El Dios de Salas fue la plata, a la que lo sacrificaba todo; pero no para guardarla, sino para gastarla; y habría gastado el valor de lo que más quería, si el objeto de su cariño hubiese sido vendible. Conocían muy bien la parte flaca de Salas, Urías y demás españoles vecinos de lea, y conociéndolo trataron de ganárselo, pintándole los riesgos que corría y a que se exponía siguiendo una empresa temeraria; mientras que vendiendo la patria, lograría cuanto quisiera del Virrey y d e todos los españoles. Importaba a los realistas ganarse a Salas, porque siendo él gobernador de la provincia nom– brado por San Martín, suponían que debía estar instruído de los planes de campaña, o al menos esperaban sacarlos de las instrucciones que se le habían dado. Por esto se valieron del temor y del interés; y de un hombre sin carácter, voluptuoso, esclavo de los placeres e indiferente a todo lo que no fuese su interés, no les fue difícil conseguir lo que se proponían. Obtuvieron, pues, que traicionase la causa, y que escribiese la carta que se le interceptó. Pero ni los españoles ni Salas eran lea, aunque componían una escasa parte de esa población rica y propietaria. El resto de la población fue de patriotas fieles y prontos a sacrificarse por la patria. Hubo también algunos ricos que secundaron los planes de la independencia, como fueron el Dr. Cabrera, los Donaires, los Bolívar, Sambranos, Rosas y otros a quienes conocí y cuyas opiniones y servicios me constan. lea no fue contraria a la causa de la libertad, no fue goda, no hostilizó a los patriotas. Los españoles, el marqués de Campo-– Ameno y el marqués de Monte-Blanco, que se metieron en la ciudad, no son lea. Los habitantes de la provincia hicieron en pequeño lo que Lima en grande. [(g) La transcripción es casi literal.]

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